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Más frases de Delphine de Girardin (99)

• La coquetería es la verdadera poesía de la mujer.

• Son mentes enfermas y preocupadas que siempre dudan de sí mismas.

• Ser siempre el mismo y lucir siempre nuevo es el secreto para complacer.

• Éste se cree Kant porque lo ha traducido.

• El francés ligero muere de risa; eh! pero a eso no lo llamamos ligereza, es coraje, es fe, es esperanza, es una filosofía sublime.

• Las mujeres deberían morir cuando ya no sean amadas.

• Cualquier mujer que haya contraído matrimonio por inclinación tiene como enemiga a cualquier joven de veinte años.

• El amor es solo un momento de la vida, un sueño y, a veces, un sueño doloroso.

• El amor te vuelve modesto; apenas bajo su ley, se vuelve más tímido y se duda de sí mismo.

• Solo tienes éxito en el mundo a través de tus errores.

• Lo que es más triste que un placer perdido es un beneficio perdido.

• La fuerza de la juventud está en su ignorancia.

• Aquellos que son muy ingeniosos no tienen por qué hacerlo.

• El éxito lo purifica todo; la necesidad excusa las acciones más feas.

• Los jóvenes que quieran tener éxito deben poner en común sus talentos.

• Pide inspiración a las mujeres, no les pidas consejos.

• No tener nada que decir, con nosotros, no es motivo para no hablar, cuando no hay novedades, lo inventamos.

• Contradecir es a menudo llamar a la puerta para saber si hay alguien en casa.

• Se escuchan las sonrisas de los bribones.

• Un manojo de violetas para ese; una buena cena para algunos; un paseo en bote ; fuego en invierno, hielo en verano; vino para los pobres: estos son los detalles de los que se compone la felicidad.

• Para que una mujer sea feliz, primero debe ser apasionada.

• Pagar es reinar.

• De un error sublime no detengas el exceso; es la temeridad la que hace los grandes éxitos.

• Se necesita más de una penalización para neutralizar los beneficios.

• El motivo, para nosotros, es la muerte: calcular, calcular todo ... moriremos antes de la hora.

• Las mentes cuya misión es destruir los prejuicios son las que tienen más prejuicios.

• La educación de las mujeres es un lujo; lo que hace falta es la seducción.

• Las aves de paso saben encontrar en todos los lugares la temporada en la que deben vivir, ¿por qué los hombres no deberían ser tan espirituales como las aves? ¡Ay, no tienen alas!

• Los misántropos son honestos, para eso son misántropos.

• ¡Dinero! que anula el espíritu y el coraje, convierte el genio y el amor en cálculos.

• La mujer reina y no gobierna.

• Dar a su hija a un marido es separarse de ella; Si esto no es una separación real, al menos es un compartir.

• La educación de las mujeres es un lujo; lo que se necesita es la gracia, la bondad, la seducción.

• Aprende a comprender inteligentemente los placeres fugaces que te arroja el azar, que te regala tu carácter o que te envía el cielo, y tendrás una existencia placentera. ¿Por qué mirar siempre al horizonte, cuando hay rosas tan hermosas en el jardín en el que vivimos? ¡Oh Dios mío! lo que te impide encontrar la felicidad, ¡es quizás buscarla!

• Agradar es solo un juego.

• Cada nueva relación es un nuevo romance.

• Los sacrificios innecesarios se hacen en generoso silencio.

• Todos los sentimientos fuertes son puros en su esencia.

• Lo que más nos gusta son los favores a los que no tenemos derecho.

• Una mujer debe ser coqueta antes de ser inspirada. La vanidad es la verdadera poesía de la mujer.

• No hay compromisos sagrados excepto los del corazón.

• La inteligencia hace que un hombre valga; el carácter hace dignidad.

• La felicidad no es una piedra preciosa grande y hermosa que no puedes encontrar, que estás buscando, pero sin esperanza. En absoluto, la felicidad es un mosaico formado por mil pequeñas piedras que, por separado y por sí mismas, tienen poco valor, pero que, ingeniosamente ensambladas, forman un diseño elegante.

• Las virtudes son títulos, el sufrimiento son derechos.

• El mundo pertenece a mentes valientes.

• Un joven muy guapo no siempre es atractivo, pero siempre se compromete.

• Nunca contratas bien a una mujer cuando contratas a dos.

• Las mujeres son un adorno en la vida, y la ley de cualquier adorno es parecer delgada, ligera, delicada y coqueta.

• Cuando hemos visto demencia, perdonamos la locura inofensiva.

• El amor no busca halagarse con los celos.

• ¡Ah! Qué alegría estar libre, libre de la más hermosa de todas las libertades, la del pensamiento.

• El hecho es que, en los últimos años, el valor y la rectitud han pasado de moda por completo ; los ingeniosos engañadores, los malhumorados intrigantes son en todas partes los favoritos de las bellezas. Este peligroso favoritismo debe ser arruinado.

• La mujer que cobra por amor vende lo que no tiene.