Frases célebres

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Más frases de Gabriela Mistral (85)

• Te llamas Rosa y yo Esperanza, pero tu nombre olvidarás, porque seremos una danza en la colina y nada más.

• Felices los que eligen, los que aceptan ser elegidos.

• Hay países que yo recuerdo como recuerdo mis infancias. Son países de mar o río, de pastales, de vegas y aguas.

• Porque mi amor no es sólo esta gavilla.

• La enseñanza de los niños es tal vez la forma más alta de buscar a Dios; pero es también la más terrible en el sentido de tremenda responsabilidad.

• Como los niños no son mercancías, es vergonzoso regatear el tiempo en la escuela. Nos mandan instruir por horas, y educar siempre. Luego, pertenecemos a la escuela en todo momento que ella nos necesite.

• Hay derecho a la crítica, pero después de haber hecho con éxito lo que se critica.

• El amor es paciente, es bondadoso.

• Quiero volver a tierras niñas; llévenme a un blando país de aguas. En grandes pastos envejezca y haga al río fábula y fábula.

• Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú. Sé tú el que aparta la piedra del camino.

• No digas lo que piensas, pero piensa lo que dices.

• Un bello paisaje, una hermosa jornada, un libro selecto... ¿Qué más necesitáis para ser felices? El sol resplandece por dentro.

• Creo en mi corazón, ramo de aromas que mi Señor como una fronda agita, perfumando de amor toda la vida y haciéndola bendita.

• Hay besos que en los labios dejan huellas como un campo de sol entre dos hielos.

• Nosotros somos culpables de muchos errores y muchas faltas, pero nuestro peor crimen es el abandono de los niños negándoles la fuente de la vida.

• Tu entraña fuese y sería quemada en marchas tuyas que nunca más oigo, ¡Y en tu pasión que retumba en la noche, como demencia de mares solos!

• Si no realizamos la igualdad y la cultura dentro de la escuela, ¿Dónde podrán exigirse estas cosas?

• El amor a las niñas enseña más caminos a la que enseña, que la pedagogía.

• En el progreso o el desprestigio de un colegio todos tenemos parte.

• Crearás belleza no para excitar los sentidos sino para dar sustento al alma.

• En costa lejana y en mar de Pasión, dijimos adioses sin decir adiós.

• Los días más felices son aquellos que nos hacen sabios.

• Recordar un buen momento es sentirse feliz de nuevo.

• Dame la mano y danzaremos; dame la mano y me amarás. Como una sola flor seremos, como una flor, y nada más.

• Creo en mi corazón, siempre pero nunca vaciado.

• La biblia es para mí el libro. No veo como puede alguien vivir sin ella.

• Escóndeme que el mundo no me adivine. Escóndeme como el tronco su resina, y que yo te perfume en la sombra, como la gota de goma, y que te suavice con ella, y los demás no sepan de dónde viene tu dulzura.

• Enseñar siempre: en el patio y en la calle como en la sala de clase. Enseñar con la actitud, el gesto y la palabra.

• La maestra que no lee tiene que ser mala maestra: ha rebajado su profesión al mecanismo de oficio, al no renovarse espiritualmente.

• No es nocivo comentar la vida con las alumnas, cuando el comentario critica sin emponzoñar, alaba sin pasión y tiene intención edificadora.

• Nada más triste que el que la alumna compruebe que su clase equivale a su texto.

• Estudiamos sin amor y aplicamos sin amor las máximas y aforismos de Pestalozzi y Froebel, esas almas tan tiernas, y por eso no alcanzamos lo que alcanzaron ellos.

• Cuando tú vuelvas, si es que vuelves, no te vayas enseguida. Yo quiero acabarme contigo y quiero morirme en tus brazos.

• El mundo fue más hermoso desde que me hiciste aliada, cuando junto de un espino nos quedamos sin palabras ¡y el amor como el espino nos traspasó de fragancia!

• No hay arte ateo. Aunque no ames al creador, lo afirmarás creando a su semejanza.

• La guerra es para distraernos de lo bueno.

• Doña Primavera viste que es primor, viste en limonero y en naranjo en flor.

• Doña Primavera de aliento fecundo, se ríe de todas las penas del mundo.

• Para corregir no hay que temer. El peor maestro es el maestro con miedo.

• Tan peligroso es que la maestra superficial charle con la alumna, como es hermoso que esté a su lado siempre la maestra que tiene algo que enseñar fuera de clase.

• ¿Cuántas almas ha envenenado o ha dejado confusas o empequeñecidas para siempre una maestra durante su vida?

• La maestra que no respeta su mismo horario y lo altera sólo para su comodidad personal, enseña con eso el desorden y la falta de seriedad.

• ¡Libros, callados libros de las estanterías, vivos en su silencio, ardientes en su calma; libros, los que consuelan, terciopelos del alma, y que siendo tan tristes nos hacen la alegría!