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Haruki Murakami

Haruki Murakami es un escritor y traductor japonés, autor de novelas, relatos y ensayos. Considerado uno de los grandes escritores japoneses.

Haruki Murakami nació el 12 de enero de 1949 en Kioto, Japón, durante el baby boom posterior a la Segunda Guerra Mundial.

Hijo único de Miyuki y Chiaki Murakami. Nieto de un sacerdote budista. Sus padres le enseñaron literatura japonesa. Vivió en su juventud en Kobe.

Desde muy temprano recibió influencias literarias y musicales de la cultura occidental.

Cursó estudios de literatura y teatro griegos en la Universidad de Waseda (Soudai), en la que conoció a Yoko, su cónyuge. Durante ese periodo trabajó en una tienda de discos y, antes de finalizar sus estudios, abrió un bar de jazz, el Peter Cat (El Gato Pedro), que regentó junto con su esposa de 1974 a 1981 en Kokubunji, Tokio.

Decidió escribir su primera novela viendo un partido de béisbol en 1978, en el estadio japonés de Jingu.
    Su estilo, catalogado como literatura pop y surrealista, aborda temas como la alienación y la soledad posmodernas.

    Aficionado a las sinfonías de Gustav Mahler y series de televisión como Los Soprano. Evita las fotografías y rara vez concede entrevistas.

    En España recibió la Orden de las Artes y las Letras y el Premio Internacional Catalunya 2011. En 2023 ganó el Premio Princesa de Asturias de las Letras.

Fuente: buscabiografias.com

Frases y citas de Haruki Murakami (65)

• Todo pasa. Nadie tiene algo para siempre. Así es como tenemos que vivir.

• En una caja de galletas hay muchas clases distintas de galletas. Algunas te gustan y otras no. Al principio te comes las que te gustan y al final sólo quedan las que no te gustan. Pues yo cuando lo estoy pasando mal, siempre pienso: Tengo que acabar con esto cuanto antes y ya vendrán tiempos mejores. Porque la vida es como una caja de galletas.

• Cuando las miras de muy arriba, casi todas las cosas te parecen bonitas.

• Antes creía que me haría mayor poco a poco, año tras año (...). Pero no. Uno se hace adulto de golpe y porrazo.

• Cierto autor ruso escribió que aunque el carácter puede cambiar, la mediocridad no tiene remedio.

• Tiempo y libertad son lo más importante que el dinero puede comprar para el ser humano.

• El olor de la hierba, el viento gélido, las crestas de las montañas, el ladrido de un perro. Esto es lo primero que recuerdo.

• Todo tiene su molde. El pensamiento también. Pero así como no hay que temer a los moldes, tampoco hay que tener miedo de romperlos.

• En este mundo existe un tipo de tristeza que no te permite verter lágrimas.

• No sé bien cómo fue tu vida, qué alegrías, qué tristezas hubo. Pero si hay algo que no pudiste satisfacer, no lo busques en la puerta de casas ajenas.

• En este mundo, nada hay tan cruel como la desolación de no desear nada.

• Lo que nos hace personas normales es saber que no somos normales.

• La manera en que los demás me ven no me atañe. Más bien, eso es algo que sólo les atañe a ellos.

• Cuando ves a alguien que vale, debes pagar sin vacilar y darle una oportunidad.

• La imaginación es libre como los pájaros, inabarcable como el mar. Nadie puede detenerla.

• Detesto a mucha gente y mucha gente me detesta a mí, pero también hay personas que me gustan, me gustan mucho y no tiene nada que ver con que me correspondan.

• Hay mucha gente que sale en la televisión o en las revistas presumiendo, pero ésos son unos fantasmas.

• Por muy lejos que uno vaya, jamás puede huir de sí mismo.

• Cuando brotan esperanzas, el corazón se aprovecha y empieza a actuar por su cuenta.

• Cerrar los ojos no va a cambiar nada. Nada va a desaparecer simplemente por no ver lo que está pasando. De hecho, las cosas serán aún peor la próxima vez que los abras. Sólo un cobarde cierra los ojos. Cerrar los ojos y taparse los oídos no va a hacer que el tiempo se detenga.

• Los celos son la prisión más desesperanzadora del mundo. Porque es una prisión en la que el preso se confina a sí mismo. Nadie lo mete a la fuerza.

• En el viaje, un compañero, y en la vida, compasión.

• Si no quieres acabar en un manicomio, abre tu corazón y abandónate al curso natural de la vida.

• Sobre el pavimento helado los copos de nieve caían en silencio como una lluvia de infinitas plumas.

• Un caballero es quien hace, no lo que quiere, sino lo que debe hacer.

• La capacidad de creer plenamente en otro es uno de los valores más bellos del ser humano.

• Correr a diario es vital, de modo que no puedo aflojar o dejarlo sólo porque esté ocupado. Si tuviera que dejar de correr sólo porque estoy ocupado, sin duda no podría correr en mi vida.

• ¿Acaso no existe en mi cuerpo una especie de limbo de la memoria donde todos los recuerdos cruciales van acumulándose y convirtiéndose en lodo?

• Las cosas que se pueden comprar con dinero es mejor comprarlas sin pensar demasiado si ganas o pierdes. Es mejor ahorrar las energías para aquellas cosas que no pueden comprarse con dinero.

• Siempre es mejor que la gente hable cara a cara, con el corazón en la mano. De lo contrario acaban surgiendo malentendidos. Y los malentendidos, ¿Sabe?, son una fuente de infelicidad.

• He investigado mucho, he practicado horas y horas. Pero mis mezclas no pueden compararse a las suyas. Aunque ponga exactamente el mismo licor y agite la coctelera exactamente el mismo tiempo, el sabor es distinto.

• Hay dos tipos de personas: los que son capaces de abrir su corazón a los demás y los que no. Tú te cuentas entre los primeros.

• Las heridas emocionales son el precio que todos tenemos que pagar para ser independientes.

• ¿Por qué no puede uno olvidar las cosas que desea olvidar?

• Para mí, escribir una novela es enfrentarse a escarpadas montañas y escalar paredes de roca para, tras una larga y encarnizada lucha, alcanzar la cima.

• No se pueden devolver los productos una vez que has roto el precinto. No queda más remedio que seguir adelante.

• Cuando uno está rodeado de tinieblas, la única alternativa es permanecer inmóvil hasta que sus ojos se acostumbren a la oscuridad.

• En el fondo, pienso que nunca he elegido nada por mí mismo, que todo me ha venido dado, que simplemente he interpretado los papeles que me han caído en las manos. Cuando de noche me despierto y pienso en eso, me entra pánico. ¿Quién soy? ¿Cómo soy en esencia? ¿Quién lleva las riendas de mi vida?

• Pero, a fin de cuentas, ¿quién puede decir lo que es mejor? No te reprimas por nadie y, cuando la felicidad llame a tu puerta, aprovecha la ocasión y sé feliz.

• El odio es una sombra negra y alargada. En muchos casos, ni siquiera quien lo siente sabe de dónde le viene. Es un arma de doble filo. Al mismo tiempo que herimos al contrincante nos herimos a nosotros mismos. Cuanto más grave es la herida que le infligimos, más grave es la nuestra. El odio es muy peligroso. Y, una vez que ha arraigado en nuestro corazón, extirparlo es una tarea titánica.

• Las cartas no son más que un trozo de papel. Aunque se quemen, en el corazón siempre queda lo que tiene que quedar; por más que las guardes, lo que no tiene que quedar desaparece.

• Lo que para una persona puede ser una distancia prudencial, para otra puede ser un abismo.

• ¿Sabe usted cual es el mas intenso de los odios? Aquel que se siente por alguien que ves que alcanza sin el menor esfuerzo lo que tu eres incapaz de alcanzar pese a desearlo con toda tu alma.

• En lo más profundo de la conciencia, todos tenemos una especie de núcleo, inaccesible para nosotros mismos. En mi caso, es una ciudad.

• ¿Y qué valor tiene una civilización incapaz de hacerle a uno las tostadas tal y como las pide?

• El silencio es tan profundo que casi hace daño en los oídos.

• No te compadezcas de ti mismo. Eso sólo lo hacen los mediocres.

• Como vivimos en un mundo tan cómodo, nuestra sensibilidad ha languidecido.

• Jamás había escuchado una música tan sorprendente, así que me volví un fanático del Jazz y más tarde un escritor al que el Jazz le enseñó todo.

• Debemos tratar a los demás de manera que, a su muerte, no nos queden remordimientos. Con justicia y, a ser posible, honradez.

• Lo que importa no son las grandes ideas de otros, sino las pequeñas cosas que se te ocurren a ti.

• A fin de cuentas, pensar libremente significa también distanciarse del cuerpo. Salir de esa jaula que te limita. Romper las cadenas y simplemente darle alas a la mente.

• Hay obras que poseen cierto tipo de imperfección que cautiva el corazón de las personas justamente por eso, por ser imperfectas.

• Si soy una parte del problema, no puedo ser una parte de la solución.

• A veces, las estrellas despiden de pronto una fuerte luz, como si hubiesen tenido de pronto una idea importante.

• No quiero que entiendan mis metáforas ni el simbolismo de la obra, quiero que se sientan como en los buenos conciertos de jazz, cuando los pies no pueden parar de moverse bajo las butacas marcando el ritmo.

• Quizá se experimente una felicidad mayor al poseer algo que simbolice la libertad que poseyendo la libertad en sí misma.

• Cuando uno se acostumbra a no conseguir nunca lo que desea, ¿Sabes qué pasa? Que acaba por no saber incluso lo que quiere.

• El destino es algo que se debe mirar volviéndose hacia atrás, no algo que deba saberse de antemano.

• Si leyera lo mismo que los demás, acabaría pensando como ellos.

• Cuando estás despierto, puedes refrenar, más o menos, la imaginación. Pero los sueños no hay manera de controlarlos.

• Lo que sea que estés buscando no va a llegar de la manera que te lo esperas.

• Toda esa terrible lucha se desarrolló en el terreno de la imaginación. Porque éste es nuestro campo de batalla. Ahí ganamos, ahí perdemos.

• La cocina es un mundo en sí mismo. Ya lo decía William Shakespeare. El mundo es una cocina.

• Es difícil ser un individuo en Japón.