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Homero

Homero fue un poeta y escritor griego al que se considera autor de la Ilíada y la Odisea, los dos grandes poemas épicos de la antigua Grecia.

No existen apenas datos sobre su persona, y de hecho, algunos ponen en duda su autoría de La Iliada y La Odisea.

El historiador Heródoto sostenía que había nacido hacia el 850 a.C y se consideraba que provenía de algún lugar de Jonia, Asia Menor; las ciudades de Esmirna y Quíos se disputaban ese honor.

Viajó por las ciudades griegas anunciando sus obras ganándose una gran reputación en competencia con el poeta Hesíodo.

Entre los siglos XVI y XIX se dudaba de la existencia de Homero y se creía que La Ilíada y la Odisea eran sucesiones de poemas independientes unidos en dos grandes obras por las rapsodas o recitadores.

De ser cierta su existencia, se convertiría en uno de los autores más influyentes de la historia, ya que estas dos epopeyas fundamentaron la cultura griega.

En cuanto a su muerte, la versión más extendida es que ocurrió en las Islas Cícladas.

Fuente: buscabiografias.com

Frases y citas de Homero (74)

• La juventud tiene el genio vivo y el juicio débil.

• Cual la generación de las hojas, así la de los hombres. Esparce el viento las hojas por el suelo, y la selva, reverdeciendo, produce otras al llegar la primavera: de igual suerte, una generación humana nace y otra perece.

• ¿Qué es la vida eterna sino aceptar el instante que viene y el instante que se va?

• Porque no hay nada más tierno que la patria y los padres, aunque se viva lejos en una casa muy rica en tierra extranjera y lejos de los padres.

• Si sirves a muchos maestros, pronto sufrirás.

• Un amigo con un corazón comprensivo no vale menos que un hermano.

• El vino puede engañar el ingenio del sabio, pero hacer que el sabio se divierta.

• Zeus no presta su ayuda a los embusteros.

• No es bueno que manden muchos; sea uno solo el soberano, uno solo el Rey.

• Tener un gran hombre como amigo íntimo parece placentero para quienes nunca lo han probado; quienes sí lo han hecho, lo temen.

• Odioso para mí, como las puertas del Hades, es el hombre que oculta una cosa en su seno y dice otra.

• Míseros mortales que, semejantes a las hojas, ya se hallan florecientes y vigorosos comiendo los frutos de la tierra, ya se quedan exánimes y mueren.

• Llevadera es la labor cuando muchos comparten la fatiga.

• Tras lo sucedido, hasta el necio es sabio.

• El sueño es el hermano gemelo de la muerte.

• Demasiados reyes pueden arruinar un ejército.

• Pocos hijos son como sus padres; la mayoría son peores, algunos mejores.

• La raza de los hombres es como la de las hojas: cuando una generación florece, la otra decae.

• La relación que existe entre los autores mediocres y la crítica mediocre es más o menos ésta: ninguno se fía del otro.

• Una persona audaz siempre se encuentra con amigos.

• Todo hombre sabio ama a la esposa que ha elegido.

• Los excelsos regalos de los dioses no pueden ser destruidos con facilidad por los mortales hombres, ni ceder a sus fuerzas.

• Poco duele la flecha de un hombre vil y cobarde.

• Mantén tu nave lejos de la resaca y la espuma, o la llevarás al desastre.

• Incluso las penas son una alegría para alguien que recuerda todo lo que forjó y soportó.

• El esclavo pierde la mitad de su alma cuando entra en servidumbre.

• Él sabía cómo decir muchas cosas falsas que eran como verdaderos dichos.

• Cada hombre se deleita en el trabajo que más le conviene.

• Sabio para resolver y paciente para ejecutar.

• Levantado el muro contra la voluntad de los inmortales dioses, no debía subsistir largo tiempo.

• No envidies la riqueza del prójimo.

• Una pequeña roca retiene una gran ola.

• No existe mejor estímulo que la necesidad.

• Por las buenas o por las malas, este peligro también será algo que recordaremos.

• No hay mayor fama para un hombre que la que él gana con el trabajo de sus pies o la destreza de sus manos.

• La dificultad no es tan grande como morir por un amigo, sino encontrar un amigo por el que valga la pena morir.

• Algunas cosas pensarás de ti mismo,... algunas cosas que Dios te pondrá en la mente.

• No hay nada más noble ni más admirable que cuando dos personas que están de acuerdo mantienen la casa como marido y mujer, confundiendo a sus enemigos y deleitando a sus amigos.

• Nada hay tan dulce como la patria y los padres propios, aunque uno tenga en tierra extraña y lejana la mansión más opulenta.

• Las almas generosas son dóciles.

• Cualquier momento puede ser el último. Todo es más hermoso porque estamos condenados.

• De todas las criaturas que respiran y se mueven sobre la tierra, no hay nada que sea más agonizante que el hombre.

• ¿No es sagrado, incluso para los dioses, el hombre errante que viene cansado?

• No sigas cantando este amargo cuento que desgasta mi corazón.

• No digas una palabra a favor de la muerte; prefiero ser un siervo pagado en la casa de un pobre y estar por encima del suelo, que el rey de reyes entre los muertos.

• En la juventud y en la belleza la sabiduría es escasa.

• Las palabras vacías como el viento es mejor no decirlas.

• La fortuna es como un vestido: muy holgado nos embaraza, y muy estrecho nos oprime.

• Ni el hombre más bravo puede luchar más allá de lo que le permiten sus fuerzas.

• La espada misma incita a actos de violencia.

• La vida es en gran medida una cuestión de expectativas.

• Hay un tiempo para muchas palabras, y también hay un tiempo para dormir.

• Incluso un tonto aprende algo una vez que lo golpea.

• La caridad que es insignificante para nosotros puede ser preciosa para los demás.

• Al que está necesitado no le conviene ser vergonzoso.

• Sin señal alguna, el valiente desenvaina su espada, y no pregunta ningún augurio, sino la causa de su patria.

• El genio se descubre en la fortuna adversa; en la prosperidad se oculta.

• Los hombres se cansan antes de dormir, de amar, de cantar y bailar que de hacer la guerra.

• No hay mejor aguijón que la necesidad.

• Las palabras vacías son malvadas.

• No sé lo que depara el futuro, pero sé quién tiene el futuro en sus manos.

• Sé fuerte, dice mi corazón; soy un soldado; he visto peores lugares que este.

• ¡Cuán tedioso es un cuento contado de nuevo!

• Las batallas se ganan con los puños, y las palabras sirven en el consejo. Conviene, pues, no hablar, sino combatir.

• Sin embargo, gracias a la enseñanza del tiempo, mi corazón ha aprendido a brillar por el bien de los demás y a derretirse ante sus desgracias.

• Dejemos que el pasado sea el pasado.

• Los dioses tramaron desventuras para que los hombres y las generaciones venideras tuviesen sobre qué cantar.

• Emprende el viaje a Ítaca, pero demórate lo más que puedas. Haz muchas escalas, teniendo siempre presente tu isla, la que estás buscando. Al final llegas a Ítaca y ¿Qué vas a descubrir? Que la verdadera Ítaca era el viaje.

• Su descenso fue como la caída de la noche.

• Un hombre que ha pasado por experiencias amargas y ha viajado lejos, disfruta incluso de sus sufrimientos después de un tiempo.

• Permítanme no morir sin gloria y sin lucha, pero permítanme primero hacer algo grande que se contará entre los hombres en el más allá.

• Le corresponde a un padre ser intachable si espera que su hijo lo sea.

• No advierte su mal el insensato hasta después que lo ha sufrido.

• Yo, mientras esté cuerdo, no puedo comparar nada con un amigo.