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Gaspar Melchor de Jovellanos

Gaspar Melchor de Jovellanos y Jove Ramírez fue un escritor, economista y político español que nació el 5 de enero de 1744 en Gijón, Asturias.
    Cursó estudios de Filosofía en la Universidad de Oviedo y Derecho civil y canónico en las de Ávila y Alcalá.

En 1767, Carlos III le nombró alcalde del crimen de la Audiencia de Sevilla, y en 1774 ascendió a la plaza de oidor.
    En 1778 se radicó en Madrid con el nombramiento de alcalde de casa y corte, y dos años después fue designado miembro del Consejo de Órdenes Militares.

Cuando Carlos III falleció, Jovellanos fue enviado a Asturias en 1790 en un destierro encubierto.
    En 1797 fue ministro de Gracia y Justicia. Volvió a ser desterrado en 1801 al castillo de Bellver (Mallorca). Fue puesto en libertad en vísperas del alzamiento contra las tropas napoleónicas del 2 de mayo de 1808, tras lo que ocupó un cargo destacado en la Junta Central.

Jovellanos falleció el 27 de noviembre de 1811 en el Puerto de Vega (Asturias), mientras huía de la ocupación francesa.

Fuente: buscabiografias.com

Frases y citas de Gaspar Melchor de Jovellanos (49)

• Sólo le falta el tiempo a quien no sabe aprovecharlo.

• La tierra no produce para los ignorantes sino malezas y abrojos.

• Los manantiales de la abundancia no están en las plazas, sino en los campos; sólo puede abrirlos la libertad y dirigirlos a los puntos donde los llama el interés.

• Admiro a quien defiende la verdad y se sacrifica por sus ideas, pero no a quienes sacrifican a otros por sus ideas.

• ¿Quién sabe hasta dónde plugo al Omnipotente multiplicar la vida y extender los términos de la creación animada?

• Quien deja de ser amigo de mi Patria deja de serlo mío.

• Busco en estas moradas silenciosas el reposo y la paz que aquí se esconden, y solo encuentro la inquietud funesta que mis sentidos y razón conturba.

• El hombre debe vivir de los productos de su trabajo. Ésta es una pena de la primera culpa, una pensión de la naturaleza humana, un decreto de la boca del mismo hacedor.

• Para el hombre laborioso, el tiempo es elástico y da para todo.

• ¿Qué sería de una nación que en vez de geómetras, astrónomos, arquitectos y mineralogistas no tuviese sino teólogos y jurisconsultos?

• Puedo yo haber sido desgraciado en amigos; puede haberme privado la desgracia de los que tuve en prosperidad ; pero yo no emanciparé a ninguno a quien no vea de espalda vuelta; y cuando todos me abandonaran, más gozaría mi corazón en el sentimiento de haberles sido fiel, que sufriría en el de su infidelidad.

• Bien están los buenos pensamientos, pero resultan tan livianos como burbuja de jabón, si no los sigue el esfuerzo para concretarlos en acción.

• El silencio no es un patrimonio de las almas vulgares.

• Para dos corazones que se amen, la menos ausencia es un mal grave. Como cuentan sus gustos por momentos, cualquier tiempo, cualquier distancia que los separe, los aflige.

• ¿Quién podrá reposar tranquilo mientras los infelices maldicen su descanso?

• Perezcan de necesidad y de miseria los que, habiendo disipado la herencia de sus padres o no sabiendo sacudir su desidia, quieren todavía mantener el esplendor, rodeados por todas partes de la miseria.

• ¿Por qué no esperaremos mucho de esta vigilante providencia, que mientras deja destruir cuida, por medios ignorados y no previstos, de edificar y reparar?

• Amigo mío, la Naturaleza ha dado a cada hombre un estilo, como una fisonomía y un carácter. El hombre puede cultivarla, pulirla, mejorarla, pero cambiarla, no.

• Cuando emprendí mi viaje a este país (Asturias), creía yo que el dialecto que habla su pueblo, sería uno de los primeros objetos de mis observaciones.

• No harán muy grandes cosas los vacilantes que dudan de la seguridad.

• La ciencia es sin disputa el mejor, el más brillante adorno del hombre.

• ¡Ay, dichoso el mortal, de cuyos ojos un pronto desengaño corrió el velo de la ciega ilusión!

• Sabiendo y entendiendo bien las materias en que escribe, está seguro de que escribirá bien, siempre que no se empeñe en escribir mejor.

• La simpatía mueve dos cuerpos con una sola alma.

• Quien no tiene lo preciso para mantenerse solo, ¿buscará en el matrimonio la multiplicación de sus necesidades?

• El dialecto asturiano que tratamos de recoger es la lengua viva de nuestro pueblo.

• Si las lágrimas son efecto de la sensibilidad del corazón, ¡desdichado de aquel que no es capaz de derramarlas!

• El estado de libertad es una situación de paz, de comodidad y de alegría.

• Si algo sobre la tierra merece el nombre de felicidad, es aquella interna satisfacción, aquel íntimo sentimiento moral que resulta del empleo de nuestras facultades en la indagación de la verdad y en la práctica de la virtud.

• Los pueblos tienen el gobierno que se merecen.

• Acomodar a un tiempo y a un país lo que en otro país y otro tiempo ha probado bien, es la manía más frecuente de los políticos.

• Es muy general la ilusión de creer que cuando un hombre tiene un buen pensamiento, ya es lo que en aquel momento piensa que es.

• El verdadero honor es el que resulta del ejercicio de la virtud y del cumplimiento de los propios deberes.

• Todo impuesto debe salir de lo superfluo, y no de lo necesario.

• Ninguno que llegare a conocellas, podrá vivir con ellas ni sin ellas.

• Si corriendo hace esto, ¡qué no haría con un poco de meditación y de calma!

• ¿De qué le sirve a un hombre la oportunidad, si no sabe aprovecharla?

• Las observaciones..., para hacerlas con fruto, era necesario huir de las poblaciones agregadas, donde la residencia de la nobleza, alto clero, y gente de letras, la concurrencia de forasteros, y el uso más frecuente de la lengua castellana, han corrompido el dialecto popular.

• Las pasiones alteran momentáneamente la índole de los hombres, pero no la destruyen.

• Sigo la santa y justa causa que sigue mi patria y que todos hemos jurado defender.

• ¡Oh, príncipes! Vosotros fuisteis colocados por el Omnipotente en medio de las naciones para atraer a ellas la abundancia y la prosperidad: ved ahí vuestra primera obligación.

• Agricultura es el arte que enseña virtud al hombre y la base de la opulencia a todas las naciones.

• España no lidia por los Borbones ni por Fernando; lidia por sus propios derechos originales, sagrados, imprescriptibles, superiores e independientes a toda familia o dinastía. España lidia por su religión por su Constitución, por sus leyes, sus costumbres, sus usos; en una palabra: por su libertad, que es la hipoteca de tantos y tan sagrados derechos.

• Este pueblo necesita diversiones, pero no espectáculos.

• Creer que los pueblos puedan ser felices sin diversiones, es mi delirio. Creer que las necesitan y negárselas, es una inconsecuencia tan absurda como peligrosa. Darles diversiones y prescindir de la influencia que puedan tener en sus ideas y costumbres, sería una indolencia harto más cruel y peligrosa que aquella inconsecuencia. Resulta, pues, que el establecimiento y arreglo de las diversiones públicas será uno de los primeros objetos de toda buena política.

• El dialecto asturiano es hijo legítimo de la sola lengua latina, no porque no tenga absolutamente voz que no derive de ella, sino porque la mayor parte de sus voces tienen allí su raíz, y porque su índole y carácter se conforma enteramente con los de esta lengua matriz.

• ¿Hay por ventura un medio más seguro de conocer bien los pueblos..., que el de ir a los lugares mismos, y aplicar la observación a los objetos notables que se presentan?

• Nuestras acciones obran sobre nosotros tanto como nosotros obramos sobre ellas.

• Nada puede resultar tan agradable para un amigo como la idea de la felicidad de los amigos.