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(Kenzaburo Oé)

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Kenzaburo Oé

Kenzaburo Oé

Kenzaburo Oé es un escritor japonés nacido el 31 de Enero de 1935 en Ose.

    Marchó a Tokio en 1954 donde se licenció en Literatura Francesa por la Universidad de Tokio. En 1957 publicó sus primeros cuentos en una revista y un año después vio la luz su primera novela, La presa (1957).


Oé ha viajado bastante por Europa y Rusia, y ha sido profesor visitante en el Colegio de México en Ciudad de México y en la Universidad de California en Berkeley. A lo largo de su carrera, Oé ha recibido numerosos premios destacando el Premio Akutagawa, el Tanizaki, el Noma y, sobre todo, el Nobel de Literatura en 1994.


Oé es autor de ensayos, cuentos y novelas, en las que trata de los conflictos entre las tradiciones y cultura de oriente y occidente y el aislamiento individual y social.

Fuente: lecturalia.com

Frases y citas de Kenzaburo Oé (28)

  • Yo soy uno de los escritores que desean crear trabajos serios de la literatura y desvincularse de esas novelas que son meros reflejos de las grandes culturas de consumo de Tokio y las subculturas del mundo en general.

  • La importante lección del drama de Hiroshima es la dignidad.

  • Desde niño tengo interés en cómo nuestro limitado cuerpo encaja el sufrimiento.

  • He sobrevivido representando mis sufrimientos en forma de novela.

  • Desde pequeño he tenido el sueño de escribir un libro en el que el protagonista diga: yo soy Cervantes.

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  • Un buen escritor no debe estabilizarse nunca.

  • Paradójicamente, el pueblo y el estado de Japón viven en esos apoyos morales no eran inocentes, pero se habían manchado con su propia historia pasada de invadir otros países asiáticos.

  • Para dominar el miedo , tienes que aislarlo. Y para ello tienes que definir su objeto con precisión.

(Una cuestión personal)

  • Guiador es quien me ha hecho ver que no puedo hacer eso, al tiempo que me ha aconsejado poner lo experimentado en palabras, y me ha ayudado a ello.

(Salto mortal)

  • Si existe la otra vida, las almas de los muertos vivirán allí eternamente, y tal como estaban en el instante de morir, es decir, con todos sus recuerdos.

(Dinos cómo sobrevivir a nuestra locura)

  • La epidemia: la terrible palabra había sido pronunciada. La palabra que inmediatamente invadiría con sus hojas y sus raíces todo el pueblo, devastadora como un tifón, y destrozaría cuanto encontrara a su paso...

(Arrancad las semillas, fusilad a los niños)

  • La ira y la desesperación le dominaron. Hasta ese momento, víctima del miedo y la confusión, sólo había atinado a escapar. Pero ahora no tenía intenciones de hacerlo.

(Una cuestión personal)

  • Cuando quiero mirar nuestro mundo con los dos ojos, lo que percibo son dos mundos superpuestos: uno luminoso y claro, sorprendentemente nítido; el otro impreciso y sutilmente sombrío.

(Dinos cómo sobrevivir a nuestra locura)

  • Las cosas sólo se pueden entender correctamente cuando se capta su espíritu mismo con pureza, lejos de las palabras e imágenes que las representan.

(Salto mortal)

  • Si quiero enfrentar mi responsabilidad, sólo tengo dos caminos: o le estrangulo con mis propias manos o lo acepto y lo crío. Lo sé desde el principio, pero no he tenido valor para aceptarlo.

(Una cuestión personal)

  • Una vez que se ha pensado algo, es inevitable la mediación del lenguaje.

(Salto mortal)

  • En mi imaginación veía que la epidemia se extendía por el valle con una fuerza tremenda, como un tifón, nos arrollaba a mí y a mis compañeros y nos dejaba inmovilizados. Estaba atrapado en un callejón sin salida, y todo lo que podía hacer era arrodillarme en la oscuridad del camino para recoger nieve sucia, sollozando sin parar.

(Arrancad las semillas, fusilad a los niños)

  • La tarde caía y la fiebre de comienzos del verano había abandonado el ambiente, al igual que la temperatura abandona a un gigante muerto.

(Una cuestión personal)

  • La facultad de decidir se la confío a mis sentidos. Para encontrar los temas de mi música recorro ese mismo proceso. Por consiguiente, nada de esto guarda relación con una inspiración poética ni cosa parecida.

(Salto mortal)

  • Era como un débil mental al que sólo le quedara una mínima oportunidad de recuperarse, pero tenía que volver a ordenarlo todo, no sólo a sí mismo sino también sus relaciones con el mundo exterior.

(Una cuestión personal)

  • A fin de acallar mis gemidos, abrí la boca y jadeé como un perro. Traté de penetrar con los ojos el aire tenebroso de la noche y me preparé para el ataque de los aldeanos cogiendo piedras en mis manos heladas. No pensaba rendirme sin pelear.

(Arrancad las semillas, fusilad a los niños)

  • Si uno miente para salir de un apuro, debe hacerlo de manera que no necesite mentir otra vez cuando se conozca la verdad.

(Una cuestión personal)

  • Homosexual es alguien que ha escogido atreverse a amar a una persona de su mismo sexo...Yo tomé esa decisión por mi cuenta y riesgo. La responsabilidad es sólo mía.

(Una cuestión personal)

  • En la vida siempre me acechan estos peligros latentes, a la espera de que tropiece y me caiga...En esta trampa no puedo desmayarme, ni morir en forma violenta; sólo puedo mirar fijamente, aturdido hacia la empalizada de la trampa por siempre.

(Una cuestión personal)

  • Eran tiempos de muerte. Igual que un prolongado diluvio, la guerra descargaba su locura colectiva, que tras invadir el cielo, los bosques y las calles, había penetrado en las personas para inundar hasta los más recónditos recovecos de sus sentimientos.

(Arrancad las semillas, fusilad a los niños)

  • Era el amanecer. Los árboles de ginkgo a ambos lados estaban cubiertos de hojas oscuras, cada una hinchada por toda al agua absorbida.

(Una cuestión personal)

  • Su figura parecía flotar torpemente, como el cadáver de un ahogado, en el oscuro lago de los escaparates.

(Una cuestión personal)

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  • La niebla rojiza que flotaba sobre el suelo era un reflejo del neón del barrio de placer. Una gota de lluvia humedeció la mejilla de Bird: el césped olía tan bien porque estaba a punto de llover.

(Una cuestión personal)

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Residencial Aguamarina - Playa del Norte
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Vista del mar desde la terraza
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Terraza con mesa y sombrilla
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Entrada del apartamento
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Salon con ventanal a la terraza
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Parte del salon, cocina y vista de la terraza
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Vista del salon del apartamento
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Cocina con salida a terraza
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Dormitorio
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Baño con plato de ducha
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Piscina de la comunidad

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