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André Malraux

André Malraux fue un novelista, aventurero y político francés. Nació en París el 3 de noviembre de 1901 en el seno de una familia de posición acomodada.
Su padre se llamaba Fernand Malraux y su madre Berthe Lamy, quienes se separaron cuatro años después del nacimiento de su hijo.

André estudió en el Liceo Condorcet y en la Escuela de Lenguas Orientales de la capital francesa, pero dejó el centro antes de concluir sus estudios. A partir de 1919 ya comenzó a escribir en varias revistas.

En el año 1921 contrajo matrimonio con la escritora Clara Goldschmidt, con la que viajó a Indochina. Más tarde se trasladó China, en donde fue testigo de la revolución comunista.

Clara y André rompieron en 1937. Tuvieron una hija. Unos años después comenzó una relación con la también escritora Josette Clotis, quien falleció de accidente en 1944. La pareja tuvo dos hijos.

   En la Guerra Civil Española participó en las Brigadas Internacionales que apoyaron al ejército republicano. Más tarde, fue miembro activo de la Resistencia Francesa contra los nazis.
   Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, Malraux ocupó diversos puestos en el gobierno francés de Charles de Gaulle, como Ministro de Información y Asuntos culturales.
   En 1948 se casó con Madeleine Lioux, de quien se separó en 1966.
Murió en Créteil (Francia) el 23 de noviembre de 1976. Tenía 75 años de edad.
   Está enterrado en el Panteón de París.

Fuente: alohacriticon.com

Frases y citas de André Malraux (75)

He aprendido que una vida no vale nada, pero también que nada vale una vida.
La cultura es lo que, en la muerte, continúa siendo la vida.
La tradición no se hereda se conquista.

Si las cosas cambiaran bastante más deprisa, nunca habría revolución. Un conservador inteligente es siempre un reformador.
Lo difícil no es estar con los amigos cuando tienen razón, sino cuando se equivocan.
La vida futura vibraba tras todo aquel silencio.
En toda victoria hay pérdidas... No sólo en el campo de batalla.
El coraje es un problema de organización. Queda por saber quiénes son los que quieren ser organizados...
La voz del artista saca su fuerza de que nace de una soledad que apela al universo para imponerle el acento humano, y en las grandes artes del pasado sobrevive para nosotros la invencible voz interior de las civilizaciones desaparecidas.
Nuestra sensibilidad por la estatua mutilada, por el bronce de las excavaciones arqueológicas, es reveladora. No coleccionamos ni los bajorrelieves borrosos ni las oxidaciones; no es la presencia de la muerte lo que nos retiene sino la de la supervivencia.
La tragedia de la muerte es que transforma la vida en destino.
Quien se queda mucho tiempo mirando a los sueños, termina pareciéndose a una sombra.
Si el hombre no está dispuesto a arriesgar su vida, ¿Dónde está su dignidad?
Sé mal lo que es la libertad, pero sé bien lo que es la liberación.

Toda situación presente tiene por lo menos un elemento positivo: hay que encontrarlo y utilizarlo.
Ocurra lo que ocurra, lo esencial es cambiar el anclaje del barco.

Tú, que te imaginas tan bien tantas cosas, ¿Qué esperas para imaginarte que eres feliz?
El maestro dice que si supiera que iba a morir, cree que pintaría mejor, pero no de otro modo.
Algunas guerras pueden ser justas, pero ningún ejército es inocente.
Los hombres sólo mueren por lo que no existe.
Es artista aquel para quien el arte es necesario.
Todo hombre se parece a su dolor.
En un universo bastante absurdo, hay algo que no lo es: lo que podemos hacer por los demás.
No se necesitan nueve meses, se necesitan cincuenta años para hacer un hombre, cincuenta años de sacrificio, de voluntad, de... ¡tantas cosas! Y cuando ese hombre está hecho, cuando ya no queda en él nada de la infancia ni de la adolescencia, cuando verdaderamente es un hombre, no sirve nada más que para morir.
Mi vida no está en el pasado; está delante de mí.

La fuerza más grande de la revolución es la esperanza.
La realidad no tiene estilo ni talento.
¿Qué entiende usted por inteligencia? -La posesión de los medios de dominar a las cosas o a los hombres.
Un libro de arte es un museo sin paredes.
Un país anarquista enamorado de la sangre: así es España.
No tarda nueve meses sino sesenta años en formarse un hombre.
La libertad pertenece a quien la conquista.
Transformar una experiencia en conciencia, en esto estriba ser hombre.

A mi edad, no se viaja sin biblioteca.
La función de la inteligencia no consiste en prescindir de las cosas.
Todas las semillas se pudren al principio, pero algunas germinan... Un mundo sin esperanza es irrespirable.

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Aprende Más

Quizá el amor sea, sobre todo, el medio que emplea el occidental para emanciparse de su condición de hombre...
En la política ocurre a veces como en la gramática: un error en el que todos caen, finalmente pasa a ser reconocido como regla.
La voz del artista saca su fuerza de que nace de una soledad que apela al universo para imponerle el acento humano, y en las grandes artes del pasado sobrevive para nosotros la invencible voz interior de las civilizaciones desaparecidas.
La muerte sólo tiene importancia en la medida en que nos hace reflexionar sobre el valor de la vida.
El peor sufrimiento está en la soledad que lo acompaña.
Es posible que en el dominio del destino, el hombre valga más por el ahondamiento de sus preguntas, que por sus respuestas.
No creo en las morales sin psicología.
He visto a las democracias intervenir contra casi todo, salvo contra los fascismos.
Antes, los nuestros eran disciplinados porque eran comunistas. Ahora, muchos se hacen comunistas porque son disciplinados.
No hay cincuenta maneras de combatir, sólo hay una, vencer. Ni la revolución ni la guerra consisten en auto compadecerse.
La valentía es algo que se organiza, que vive o que muere, que es necesario mantener en orden como los fusiles. El coraje individual no es nada más que una buena materia prima para el coraje de las tropas.

La libertad a veces tiene las manos sucias, pero la libertad tiene siempre razón.
La juventud es una religión a la que uno siempre acaba convirtiéndose.

La cultura hace al hombre algo más que un accidente del universo.
El arte es una rebelión contra el destino.
En el camino de la venganza se encuentra la vida.
La vida es el conjunto de las fuerzas que se oponen a la muerte.
Una de las condiciones esenciales de la victoria consiste en quebrantar la moral de las tropas enemigas.
No hay dignidad posible ni vida real para un hombre que trabaja doce horas al día, sin saber para qué trabaja.
Un hombre que piensa no en una mujer como en el complemento del sexo, sino en el sexo como complemento de una mujer, está maduro para el amor: tanto peor para él.
El siglo XXI será espiritual o no será.
El verdadero combate empieza cuando uno debe luchar contra una parte de sí mismo. Pero uno sólo se convierte en un hombre cuando supera estos combates.
Hay una fraternidad que sólo se encuentra al otro lado de la muerte.
La realidad no tiene estilo ni talento.
El tiempo cura lo que la razón en vano procura.
No se posesiona uno de un ser, sino de lo que cambia en él.
Nunca había sentido hasta ese punto que había que elegir entre la victoria y la piedad.
La revolución desempeña, entre otros papeles, el que desempeñaba en otros tiempos la vida eterna, lo que explica muchos de sus caracteres.

Hay hombres ávidos de representar su biografía, como un actor su papel.
El hombre es el ideal del perro de lo que debiera ser Dios.

Si de veras llegásemos a poder comprender, ya no podríamos juzgar.
La muerte no es una cosa tan grave; el dolor, sí.
La verdad de un hombre reside, sobre todo, en lo que calla.
No se puede crear arte cuando uno no tiene qué decir.
No me gusta el humanitarismo que está hecho con la contemplación del sufrimiento.
Un hombre es la suma de sus actos, de los que ha hecho y de los que puede hacer.
La cultura es la suma de todas las formas de arte, de amor y de pensamiento, que, en el curso de siglos, han permitido al hombre ser menos esclavizado.
El artista se define ahora mediante la ruptura con todo lo que le ha precedido, a través de una lenta y voluntaria conquista de sí mismo.
El hombre sabe que el mundo no está hecho a escala humana; y desearía que lo estuviera.