Frases célebres

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Más frases de Rabindranath Tagore (97)

• Hacer preguntas es prueba de que se piensa.

• La oscuridad de la noche es un saco que rebosa el oro del amanecer.

• Estoy llorando, encerrado en la mazmorra de mi nombre. Día tras día, levanto, sin descanso, este muro a mi alrededor; y a medida que sube al cielo, se me esconde mi ser verdadero en la sombra oscura.

• La fe es el pájaro que canta cuando la aurora está oscura.

• Y al partir serán estas mis últimas palabras: me voy, dejo mi amor detrás.

• La vida merece ser vivida con todo entusiasmo y alegría. Es el don más precioso que poseemos.

• El canal se complace pensando que los ríos no existen sino para traerle agua.

• La realidad, con su sentido mal leído y el énfasis mal situado, es la ficción.

• Tengan los muertos la inmortalidad de la fama, pero sea para los vivos la del amor.

• El entendimiento agudo y sin grandeza, lo pincha todo, pero nada mueve.

• Tengo mi propia versión del optimismo. Si no puedo cruzar una puerta, cruzaré otra o haré otra puerta. Algo maravilloso vendrá, no importa lo oscuro que esté el presente.

• La verdad no está de parte de quién grite más.

• Para los hombres, aceptar es dar; para las mujeres, dar es recibir.

• El hombre se adentra en la multitud por ahogar el clamor de su propio silencio.

• El poder cree que las convulsiones de sus víctimas son de ingratitud.

• No porque arranques sus hojas a una flor, cogerás su hermosura.

• No es tarea fácil educar jóvenes, adiestrarlos, en cambio, es muy sencillo.

• No basta compartir las ideas con el prójimo; se ha de compartir la vida.

• Cuando el hombre trabaja, Dios lo respeta; mas cuando el hombre canta, Dios lo ama.

• Para que una revolución tenga éxito debe redescubrir valores ya olvidados y adaptarlos a las exigencias de la época.

• ¿Qué puedes hacer por los demás si no has conseguido hacer nada bueno de ti mismo?

• El líder verdadero siempre es guiado.

• La vida se nos da y la merecemos dándola.

• Sólo yo tengo el derecho de corregir, pues sólo puede castigar quien ama.

• Los que lo tienen todo, y no a ti, Señor, se ríen de aquellos que no tienen nada sino a ti.

• Déjame sólo un poco de mí mismo para que pueda llamarte mi todo.

• Nunca es demasiado tarde para ser lo que deberías haber sido.

• El benefactor llama a la puerta, pero el que ama la encuentra abierta.

• La diferencia entre lo sutil y lo vulgar no está más que en tu ignorancia.

• El bien puede resistir derrotas; el mal no.

• La poesía es el eco de la melodía del universo en el corazón de los humanos.

• ¿Por qué se marchitó la flor? Se marchitó la flor porque la abracé junto a mi corazón, por eso se marchitó la flor.

• ¿Acaso la verdad no tiene más valor que todas las palabras falsas juntas?

• Yo sé que las nubes duran sólo un momento y que el Sol es para todos los días.

• ¿Estás triste? busca a otra persona triste y consuélala: encontrarás la alegría.

• Hemos sido llamados al concierto de este mundo para tocar de la mejor manera posible nuestro instrumento.

• La muerte, como el nacimiento, es propia de la vida. Andar es tanto levantar el pie como bajarlo al suelo.

• Un entendimiento todo lógica es como un cuchillo de hoja sola, que hiera la mano de su dueño.

• Dormía..., dormía y soñaba que la vida no era más que alegría. Me desperté y vi que la vida no era más que servir... y el servir era alegría.

• Llevo dentro de mí mismo un peso agobiante: el peso de las riquezas que no he dado a los demás.

• Agradece a la llama su luz, pero no olvides el pie del candil que paciente la sostiene.

• He jugado en esta casa de juguetes de formas infinitas; y vislumbré, jugando, a aquel que no tiene forma.

• Deja que tu vida dance ligeramente sobre los hilos del tiempo como la gota del rocío sobre el dorso de una hoja.

• ¡Cómo pinta el deseo los colores del iris en las nieblas de la vida!

• ¿Qué quiere decir fama? ¿Siente el río la espuma? Pues la fama es espuma en la corriente de la vida.

• En el corazón de los humanos no hay castas; allí une Dios a sus criaturas y allí mora El mismo.

• Leemos el mundo al revés y nos lamentamos de no comprender nada.

• Mi corazón es joyero de tu beso, dijo la nube de ocaso al Sol.

• El arco susurra a la flecha antes de lanzarla: Me debes tu libertad.

• La vida es la constante sorpresa de saber que existo.

• Agradezco no ser una de las ruedas del poder, sino una de las criaturas que son aplastadas por ellas.