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Calderón de la Barca

Pedro Calderón de la Barca fue un escritor , dramaturgo y sacerdote español, y nació el 17 de enero de 1600, en Madrid, España.

De familia de ascendencia hidalga acreditada, fue el tercero de los seis hijos de Ana María de Henao y Diego Calderón.
Cursó estudios en el Colegio Imperial de Madrid, regentado por la Compañía de Jesús y los continuó en las universidades de Alcalá y Salamanca hasta 1620.

En 1623 se representó su primera comedia conocida, Amor, honor y poder.
Escribió La dama duende (1629), Casa con dos puertas, mala es de guardar (1632), No hay burlas con el amor (1637), etc...
Su obra maestra, La vida es sueño, se estrenó en 1635. Consta de tres actos y mezcla tragedia con comedia.

Pedro Calderón de la Barca falleció en Madrid el 25 de mayo de 1681.

Fuente: buscabiografias.com

Frases y citas de Calderón de la Barca (110)

¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.
Venciste, mujer, venciste con no dejarte vencer.
Pero el honor es patrimonio del alma y el alma solo es de Dios.

¿Y teniendo yo más alma, tengo menos libertad?
De males a bienes dicen que se pasa fácilmente; pero de males a males, digo yo que es más frecuente.
¿Qué importa errar lo menos quien ha acertado lo más?
¿Qué importa, pues, que el amor tenga del cielo el color, si tiene el mal del infierno?
En la más noble lengua la propia alabanza es vil.
En la vida un camino que al nacer empezamos y al vivir proseguimos y aún no tiene fin cuando morimos.
Es muy puntual el diablo.
Más que un ejército hiriendo vence un héroe perdonando.
Que tanto gusto había en quejarse, un filósofo decía, que, a trueco de quejarse, habían las desdichas de buscarse.
Nunca el pobre es ni bien ni mal nacido; bien, porque otro ha de dudarlo; mal, porque él no ha de decirlo.
¡Ay!, amor, veneno vil que viene en vaso dorado.

Con cada vez que te veo, nueva admiración me das, y cuando te miro más, aún más mirarte deseo.
El caer no ha de quitar la gloria del haber subido.

La fortuna no se vence con injusticia y venganza, porque antes se incita más.
No le des nunca consejos al que te pida dinero.
Aunque suele la memoria morir a manos del tiempo, también suele revivir a vista de los objetos, mayormente cuando son para dolor sus acuerdos.
Que cuando el amor no es locura, no es amor.
Una pena imaginada es más que acontecida.
Hay delitos tales, que atentas las leyes se los dejaron sin pronunciarles sentencia, por no prevenir que habría quien los cometiese.
La guerra es casarse: todo en uno, en este tiempo.
Cuántos, teniendo en el mundo algún defecto consigo, le han borrado por humildes.
Es muy propio hablar más el que más teme.

Tú no sabes lo que a una mujer obliga el mirarse despreciada de aquel que se vio querida.
Si Dios todo lo ha criado, ¿quién no es criado de Dios?
Que la industria o la cautela que traición fuera en la paz, se llama ardid en la guerra.
Afortunado es el hombre que tiene tiempo para esperar.
Vencer y perdonar, es vencer dos veces.
Muerte de amor son los celos, que no perdonan a nadie, ni por humilde le dejan, ni le respetan por grave.
Quien ama sin sentimiento, sonar hace el instrumento, pero no que suena bien.
Siempre el traidor es el vencido y el leal es el que vence.

En mundo tan singular, que el vivir sólo es soñar; y la experiencia me enseña que el hombre que vive, sueña lo que es, hasta despertar.
Cuatro eses ha de tener el amor para ser perfecto: sabio, solo, solícito y secreto.
El Cielo junta desiguales extremos.

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Aprende Más

Si la neutralidad sigo, a andar solo me condeno, porque el neutral nunca es bueno para amigo ni enemigo.
Juez que ha sido delincuente ¡qué fácilmente perdona!
Que soy noble por cinco o seis mil reales; y esto es dinero y no es honra; que honra no la compra nadie.
Palaciegas discreciones, poco fruto y mucho ruido.
La voz del pueblo es la más sonora salva.
Que el decir es fácil uno que se ausenta, mas no el ausentarse, si hay quien lo detenga.
Cuentan de un sabio que un día, tan pobre y mísero estaba, que sólo se sustentaba de unas hierbas que cogía. ¿Habrá otro (entre sí decía), más pobre y triste que yo? Y cuando el rostro volvió, halló la respuesta, viendo que iba otro sabio cogiendo las hojas que él arrojó.
Vencerse a sí mismo un hombre es tan grande hazaña, que sólo el que es grande puede atreverse a ejecutarla.
Del más hermoso clavel, pompa de un jardín ameno, el áspid saca veneno, la oficiosa abeja miel.
Razón, razón, ¿hasta cuándo el amor te ha de vencer?
Quien vive sin pensar, no puede decir que vive.

No hay loco de quien algo no pueda aprender el cuerdo.
La vida es un hermoso sueño y lo quiero vivir despacio.

Es un examen muy fuerte, una experiencia muy nueva y muy rigurosa prueba, poner al que está mortal en los labios el cristal, y decide que no beba.
Que el hacer paces también suelen ser triunfos de guerra.
El delito mayor del hombre es haber nacido.