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Más frases de Confucio (134)

• El camino de la verdad es ancho y fácil de hallar. El único inconveniente estriba en que los hombres no lo buscan.

• La educación genera confianza. La confianza genera esperanza. La esperanza genera paz.

• La persona correcta tiene vergüenza de decir más de lo que hace.

• El Maestro dice: El pródigo es arrogante y el avaro es mezquino. Es preferible la mezquindad a la arrogancia.

• La naturaleza hace que los hombres nos parezcamos unos a otros y nos juntemos; la educación hace que seamos diferentes y que nos alejemos.

• No importa si se avanza poco; lo importante es no parar.

• Trabaja en impedir delitos para no necesitar castigos.

• Si no se respeta lo sagrado, no se tiene nada en que fijar la conducta.

• El que conoce todas las respuestas no ha hecho todas las preguntas.

• Nuestra mayor gloria no está en no caer nunca, sino en levantarnos cada vez que caemos.

• Cuanto más medita el hombre en buenos pensamientos, mejor será su mundo y el mundo en general.

• El hombre virtuoso descansa en la virtud, y el hombre sabio la ambiciona.

• Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces entonces estás peor que antes.

• El hombre que mueve montañas empieza apartando piedrecitas.

• Es el hombre el que hace grande a la verdad, y no la verdad la que hace grande al hombre.

• ¿Hay un precepto que pueda guiar la acción de toda una vida? Amar.

• Cuando el sabio señala a la luna, el necio mira al dedo.

• Cuando alguien pone el dedo en la llaga, sólo los necios piensan que lo importante es el dedo.

• La conciencia es la luz de la inteligencia para distinguir el bien del mal.

• Un pueblo gobernado despóticamente y en el que se mantiene el orden por medio de castigos, puede evitar la infracción de la ley, pero perderá su sentido moral.

• El que domina su cólera domina a su peor enemigo.

• No he visto todavía a nadie que ame tanto la virtud como se ama la belleza física.

• Quien volviendo a hacer el camino viejo aprende el nuevo, puede considerarse un maestro.

• Aquel que gobierna por medio de su excelencia moral puede compararse a la estrella polar, que permanece en su sitio en tanto todas las demás estrellas se inclinan ante ella.

• Haz todo con moderación, incluso moderarte.

• El verdadero conocimiento es conocer la extensión de la propia ignorancia.

• Un gobierno opresor se debe temer más que a un tigre.

• Un caballero debe avergonzarse si sus palabras son mejores que sus actos.

• Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber.

• No pretendas apagar con fuego un incendio, ni remediar con agua una inundación.

• Algún dinero evita preocupaciones; mucho, las atrae.

• Perdónaselo todo a quien nada se perdona a sí mismo.

• El buen líder sabe lo que es verdad; el mal líder sabe lo que se vende mejor.

• La sabiduría se preocupa en ser lenta en sus discursos y diligente en sus acciones.

• Yo sé por qué no se sigue el punto medio: el hombre inteligente va más allá, y el imbécil se queda más acá.

• Cuando el objetivo te parezca difícil, no cambies de objetivo; busca un nuevo camino para llegar a él.

• En un país bien gobernado, la pobreza es algo que avergüenza. En un país mal gobernado, la riqueza es algo que avergüenza.

• El tipo más noble de hombre tiene una mente amplia y sin prejuicios. El hombre inferior es prejuiciado y carece de una mente amplia.

• Mejor que el hombre que sabe lo que es justo es el hombre que ama lo justo.

• La vida es muy simple, pero insistimos en que sea complicada.

• Las expectativas de vida dependen de la diligencia; el mecánico que quiere perfeccionar su trabajo debe primero afilar sus herramientas.

• Lo más difícil de todo es encontrar un gato negro en una habitación oscura, sobre todo si no hay gato.

• Los defectos de un hombre se adecuan siempre a su tipo de mente.

• El mal no está en tener faltas, sino en no tratar de enmendarlas.

• Quien pretenda una felicidad y sabiduría constantes, deberá acomodarse a frecuentes cambios.

• Una voz fuerte no puede competir con una voz clara, aunque ésta sea un simple murmullo.

• Nunca des una espada a alguien que no es capaz de sonreír y bailar.

• No todos los hombres pueden ser ilustres, pero pueden ser buenos.

• El hombre superior es modesto en el hablar, pero abundante en el obrar.

• Los cambios pueden tener lugar despacio. Lo importante es que tengan lugar.

• No son las malas hierbas las que ahogan la buena semilla sino la negligencia del campesino.

• La venganza eterniza los odios.

• Es más fácil apoderarse del comandante en jefe de un ejército que despojar a un miserable de su libertad.

• Sólo el virtuoso es competente para amar u odiar a los hombres.

• Los cautos rara vez se equivocan.

• Cuando crece el odio, piensa en las consecuencias.

• Nunca contraigas amistad con un hombre que no es mejor que tú mismo.

• Los firmes, los resistentes, los sencillos y los modestos están cerca de la virtud.

• Nunca hagas apuestas. Si sabes que has de ganar, eres un pícaro; y si no lo sabes, eres tonto.

• ¿Uno que no sepa gobernarse a sí mismo, cómo sabrá gobernar a los demás?

• Donde hay educación no hay distinción de clases.

• Un hombre no trata de verse en el agua que corre, sino en el agua tranquila, porque solamente lo que en sí es tranquilo puede dar tranquilidad a otros.

• El hombre superior es cortés, pero no rastrero; el hombre vulgar es rastrero, pero no cortés.

• El hombre noble conserva durante toda su vida la ingenuidad e inocencia propias de la infancia.

• El sabio cuida principalmente de la raíz.

• No hay error en admitir que tú solo no puedes mejorar tu condición en el mundo; para crecer, necesitas aliados con los que crecer juntos.

• El ir un poco lejos es tan malo como no ir todo lo necesario.

• El que conoce la verdad no es igual al que la ama.

• Es posible conseguir algo luego de tres horas de pelea, pero es seguro que se podrá conseguir con apenas tres palabras impregnadas de afecto.

• Entristécete no porque los hombres no te conozcan, sino porque tú no conoces a los hombres.

• Un erudito que no sea serio no inspirará respeto, y su sabiduría, por lo tanto, carecerá de estabilidad.

• Amar y reconocer los defectos de aquellos que se aman; odiar y reconocer las cualidades de aquellos que se odian, son dos cosas bastante raras bajo el cielo.

• Por naturaleza, los hombres son casi iguales; por práctica, llegan a separarse ampliamente.

• Por mirar la pequeñez de un gusano podemos perder la grandeza de un eclipse.