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(Diógenes de Sínope)

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Diógenes de Sínope

Diógenes de Sinope

Diógenes de Sínope fue un filósofo griego perteneciente a la escuela cínica. Nació en Sínope, una colonia jonia del mar Negro hacia el 412 a. C.


Fue discípulo de Antístenes, fundador de la escuela cínica, y se hizo muy popular gracias a sus extravagancias y a su independencia ante las instituciones y ante los poderosos. Parece que su vida encarnó en forma extrema un tipo de ascetismo racionalista y utilitario, que se manifestaba, por una parte, en la reducción de la vida a su estado natural, y por otra, en la exhibición ostentosa de este estado natural. Por este último rasgo, y particularmente por su lema “hacerlo todo en público”, recibió el apelativo de küón, (perro). Se dice que habitaba en un tonel, sin más vestido que una capa, ni más muebles que un palo, un saco y una escudilla. Incluso se desprendió de ésta cuando vio a un niño beber con el hueco de la mano.


Su desprecio hacia las instituciones queda bien patente en la respuesta que dio a Alejandro Magno cuando éste, atraído por su fama de hombre sabio, fue a visitarlo y le rogó que le pidiese lo que quisiera. Cuentan que Diógenes se limitó a responder: “Apártate a un lado, que me estás tapando el sol”.

   Dejó muchos discípulos, pero ninguna obra. Se le atribuyen las Sentencias y Cartas como apócrifas. Se dice que Diógenes murió en Corinto en el año 323, el mismo día que Alejandro.

Fuente: mcnbiografias.com

Frases y citas de Diógenes de Sínope (109)

  • El elogio en boca propia desagrada a cualquiera.

  • Lo hago, como los maestros de coro; Voy por encima del tono para enseñar a los demás a no quedarse abajo.

  • Los esclavos sirven a sus amos y los malvados a sus pasiones.

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  • Otros perros solo muerden a sus enemigos, mientras que yo también muerdo a mis amigos con el fin de salvarlos.

  • El fundamento de cada estado es la educación de sus jóvenes.

  • Se debe licitar la mano a sus amigos sin cerrar los dedos.

  • Los perros y los filósofos hacen el mayor bien y obtienen la menor cantidad de recompensas.

  • No es que esté enojado, es solo que mi cabeza es diferente de la tuya.

  • El rubor es el color de la virtud.

  • Estaba desayunando en el mercado, y los espectadores se reunieron a su alrededor con gritos de “perro”. Son ustedes los que son perros, gritó, cuando se quedan de pie y me miran mientras desayuno.

  • No desaprendamos lo que ya hemos aprendido.

  • Si me falta conciencia, ¿Por qué debería importarme lo que me pasa cuando estoy muerto?

  • Mira bien quién es tu amigo, porque si por tal le tienes y él no lo es, puede ser tu mayor enemigo.

  • Yo lo que se hacer es mandar. Comprueba si alguien quiere comprar un amo.

  • Cuando llegué a Atenas, quise ser discípulo de Antístenes, pero fui rechazado.

  • Alabemos a los que desprecian la riqueza y tengamos cuidado de no imitarlos.

  • Las personas que se entregan al lujo son como esas higueras que nacen al borde de los precipicios. No son los hombres los que recogen los frutos, sino los cuervos y los buitres.

  • Un pensamiento original vale mil citas insignificantes.

  • La sabiduría sirve de freno a la juventud, de consuelo a los viejos, de riqueza a los pobres y de adorno a los ricos.

  • ¡Ojalá fuera suficiente también con frotar tu vientre para dejar de tener hambre!

  • La mayoría de los hombres están a un dedo de estar locos.

  • El hombre es el más inteligente de los animales, y el más tonto.

  • La jactancia, como la armadura dorada, es muy diferente por dentro que por fuera.

  • Para ser autodidacta debes condenarte por todas esas cosas que criticarías a los demás.

  • Ningún hombre está herido sino solo.

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  • Cuando se le preguntó cuál era el momento adecuado para la cena: si usted es un hombre rico, cuando quiera; y si eres un hombre pobre, siempre que puedas.

  • ¡No es la jaula ajustada a la fiera!

  • Pasó un ministro del emperador y le dijo a Diógenes: “¡Ay, Diógenes! Si aprendieras a ser más sumiso y a adular más al emperador, no tendrías que comer tantas lentejas”. Diógenes contestó: “Si tú aprendieras a comer lentejas no tendrías que ser sumiso y adular tanto al emperador”.

  • Los oradores hablan de lo que es correcto y no se molestan en observar la justicia.

  • No hay leyes sin sociedad civil, ni sociedad civil sin leyes.

  • Los grandes son como el fuego, al que conviene no acercarse mucho ni alejarse de él.

  • El único medio para que el hombre conserve su libertad es estar siempre dispuesto a morir por ella.

  • Es preferible la compañía de los cuervos a la de los aduladores, pues aquellos devoran a los muertos y estos a los vivos.

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  • En la casa de un hombre rico no hay lugar para escupir excepto su cara.

  • No soy ateniense ni griego, sino ciudadano del mundo.

  • Las personas más nobles son aquellas que desprecian la riqueza, el aprendizaje, el placer y la vida; estimando por encima de ellos la pobreza, la ignorancia, las dificultades y la muerte.

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  • Nada puede ser producido de la nada.

  • La calumnia es solo el ruido de los locos.

  • La virtud no puede habitar con la riqueza ni en una ciudad ni en una casa.

  • Vivir no es un mal, sino mal vivir.

  • Buenos hombres en ninguna parte, pero buenos chicos en Sparta.

  • Gente, mucha; hombres, pocos.

  • Los astrónomos consideran el sol, la luna, las estrellas y descuidan lo que tienen a sus pies.

  • El amor es la ocupación de los ociosos.

  • No os preguntéis cómo sobreviviré sin mi esclavo, preguntad a mi esclavo cómo sobrevivirá sin mí.

  • El insulto deshonra a quien lo infiere, no a quien lo recibe.

  • Callando es como se aprende a oír, escuchando es como se aprende a hablar; después, hablando, se aprende a callar.

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  • Es el privilegio de los dioses no querer nada, y de los hombres divinos querer poco.

  • Aquellos que siempre tienen la virtud en la boca, y la descuidan en la práctica, son como un arpa, que emite un sonido agradable a los demás, mientras que es insensible a la música.

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  • Aristóteles cena cuando le parece bien al rey Felipe, pero Diógenes cuando él mismo quiere.

  • Incluso si no soy más que un pretendiente de la sabiduría, eso en sí mismo es filosofía.

  • Tenemos más curiosidad sobre el significado de los sueños que sobre las cosas que vemos cuando estamos despiertos.

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Residencial Aguamarina - Playa del Norte
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Vista del mar desde la terraza
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Terraza con mesa y sombrilla
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Entrada del apartamento
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Salon con ventanal a la terraza
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Parte del salon, cocina y vista de la terraza
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Vista del salon del apartamento
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Cocina con salida a terraza
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Dormitorio
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Baño con plato de ducha
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Piscina de la comunidad

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