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Eurípides

Eurípides nació en Salamina, actual Grecia, el año 480 a.C. y fue uno de los tres grandes poetas trágicos griegos de la antigüedad, junto con Esquilo y Sófocles.
    Era hijo de Mnesarco, un tabernero, y de Cleito, verdulera. Recibió una esmerada educación.
    Tuvo dos esposas: Melito y Quérile, y fue padre de Mnisilohos, Eurípides, Mnisarhidis y Jenofonte.

Sus obras iniciaron su representación en los festivales dramáticos de Ática durante el año 454 a.C., pero hasta el año 442 a.C. no consiguió el primer premio.

    Recibió la influencia de los sofistas y de filósofos como Protágoras, Anaxágoras y Sócrates. Fue frecuentemente atacado por parte de los escritores atenienses de comedia.

Sus obras fueron criticadas dado su carácter anticonvencional, (sus héroes y príncipes hablaban un lenguaje cotidiano) y por su independencia de los valores morales y religiosos.
    De las numerosas obras atribuidas a Eurípides se conservan diecisiete tragedias y un drama satírico, Los cíclopes.

    Las críticas y la incomprensión del público motivaron su traslado a Macedonia, donde recibió la protección del rey Arquelao.
    Eurípides falleció en el 406 a. C. en Pella, Macedonia, durante el exilio.

Fuente: buscabiografias.com

Frases y citas de Eurípides (102)

• Los hombres se asemejan a sus comtemporáneos todavía mas que a sus progenitores.

• El tiempo revela todas las cosas: es un charlatán y habla hasta cuando no se le pregunta.

• En la bondad se encierran todos los géneros de sabiduría.

• Los muertos no tienen lágrimas y olvidan toda pesadumbre.

• Si tienes palabras más fuertes que el silencio, habla. Si no las tienes, entonces guarda silencio.

• Es más fácil dar consejos que sufrir con fortaleza la adversidad.

• Los hombres más sabios siguen su propio rumbo.

• El trabajo es el padre de la gloria y de la felicidad.

• Ningún mortal es dichoso hasta el fin; ninguno ha habido ahora que no conozca el dolor.

• El oportunista que no sirve para nada siempre hechiza a la chusma.

• Todas las cosas nacen de la tierra, y todas las cosas las vuelve a tomar.

• A quienes Dios quiere destruir, primero los enloquece.

• Junto con el éxito viene la reputación de sabiduría.

• La casualidad lucha siempre del lado del hombre prudente.

• No existe algo peor que una mala mujer; pero tampoco se ha producido nada mejor que una buena.

• Lo esperado no sucede, es lo inesperado lo que acontece.

• La juventud es la mejor época para ser rico y la mejor época para ser pobre.

• El malo será malo siempre, y el bueno será bueno.

• A los muertos no les importa cómo son sus funerales. Las exequias suntuosas sirven para satisfacer la vanidad de los vivos.

• Sólo hay una vida por cada uno de nosotros: la nuestra.

• La fortuna siempre conferirá a quien la posee, un aura de valor, indignamente; y en este mundo, la persona afortunada pasa por un genio.

• Existe, en la peor de las posibilidades, la mejor posibilidad de un cambio feliz.

• El hombre que se vanagloria en su suerte, será derrocado por el destino.

• No debe lamentarse la muerte, debe lamentarse la vida destinada a la lucha y a una vida miserable.

• Frente a una muchedumbre, los mediocres son los más elocuentes.

• Odio a la mujer docta. Ojalá no entre en mi casa mujer que sepa más de lo que una mujer debe saber.

• El amor es el maestro más fecundo en recursos.

• Rema en tu propio barco.

• El primer requisito para la felicidad de un hombre es haber nacido en una ciudad famosa.

• Habla con sabiduría al estúpido y él te llamará tonto.

• Donde no hay vino no hay amor.

• Si pudiéramos ser jóvenes dos veces y dos veces viejos, corregiríamos todos nuestros errores.

• Cuando la fortuna, sonríe, ¿Qué necesidad hay de amigos?

• No hay ningún hombre absolutamente libre. Es esclavo de la riqueza, o de la fortuna, o de las leyes, o bien el pueblo le impide obrar con arreglo a su exclusiva voluntad.

• No desperdicies lágrimas frescas en dolores pasados.

• Llena de tormentos está la vida humana, y no hay descanso en nuestras penalidades; y si tan dulce es vivir, a lo mejor nos envuelven las tinieblas de la muerte.

• El hombre no vive de pan, sino de verdad.

• No llames jamás feliz a un mortal hasta que no hayas visto cómo, en su último día, desciende a la tumba.

• Pero aprende que morir es una deuda que todos debemos pagar.

• Una buena costumbre es más fuerte que una ley.

• Una mujer debiera ser buena para todo dentro de casa e inútil para todo fuera de ella.

• Así como nuestro cuerpo es mortal, las iras no deben ser inmortales. Así hablan los sabios.

• Es una carga demasiado pesada para un solo corazón sufrir por dos.

• De la compañía de los hombres sabios debemos sacar algo de sabiduría.

• Sentir respeto es sabiduría.

• El mejor adorno de una mujer lo constituye el silencio y la modestia.

• Cuando la muerte se aproxima, los viejos encuentran que la vejez ya no es una carga.