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Frases célebres
(Graham Greene)

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Graham Greene

Graham Greene

Henry Graham Greene fue un novelista y periodista británico nacido el 2 de octubre de 1904, en Berkhamsted (Reino Unido).

    Cursó estudios en el colegio dirigido por su padre y de allí pasó a la Universidad de Oxford, donde colaboró con fantasías en prosa y verso en la revista “Saturday Westminster”.


En 1925, publicó su primer libro, un volumen de versos titulado “Babbling April” (Abril murmurante).


Trabajó en la Compañía Angloamericana de Tabacos y después para el periódico The Times de 1926 a 1929. Visitó el Cercano Oriente y América. En 1935 fue crítico de cine en la revista The Spectator, donde fue director literario en 1940, también para la revista Night and Day.


En 1926 se convirtió al catolicismo y al año siguiente contrajo matrimonio con Vivien Cayrell-Brown. Tuvieron dos hijos. Separado de Vivien en 1948, hubo otras cinco mujeres importantes en su vida.


De 1942 a 1943 trabajó para el Ministerio de Asuntos Exteriores británico en África occidental.

    Sus primeras novelas fueron: Historia de una cobardía (1929), El nombre de la acción (1930) y Rumor al caer la noche (1931). Consiguió fama con El tren de Estambul (1932), novela de espionaje que también se editó con el título de Orient Express.


Muchas de sus novelas han sido adaptadas al cine. El tercer hombre (1950), película de espías dirigida por Carol Reed, fue escrita para su rodaje.

    Greene vendió en vida en torno a 24 millones de ejemplares de sus libros.

   Falleció el 3 de abril de 1991, en Vevey, Suiza.

Fuente: buscabiografias.com

Frases y citas de Graham Greene (122)

  • Intento comprender la verdad, aunque esto comprometa mi ideología.

  • Si conociéramos el verdadero fondo de todo tendríamos compasión hasta de las estrellas.

  • Todo niño viene al mundo con cierto sentido del amor, pero depende de los padres, de los amigos, que este amor salve o condene.

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  • Contra la belleza, la inteligencia y el éxito, se puede librar una guerra despiadada, pero no contra el poco atractivo.

  • El fracaso también es una forma de muerte.

  • Nuestra pasión es rozar el vertiginoso borde de las cosas. Es lo que siempre ha sido: el límite estricto entre lealtad y deslealtad, fidelidad e infidelidad, las contradicciones del alma.

  • Nadie sabe lo que puede durar un segundo de sufrimiento.

  • El amor es una trampa que crea barreras entre las personas.

  • La sensación de infelicidad es mucho más fácil de transmitir que la de felicidad. En la miseria, parecemos conscientes de nuestra propia existencia, aunque sea en forma de un egoísmo monstruoso: este dolor mío es individual, este nervio que se estremece me pertenece a mí y a nadie más. Pero la felicidad nos aniquila: perdemos nuestra identidad.

  • Olvidamos muy fácilmente lo que nos causa dolor.

  • Y ahí, en esa frase, la amargura vuelve a brotar de mi pluma. ¡Qué amargura tan sosa y sin vida! Si pudiera, escribiría con amor, pero si pudiera escribir con amor, sería otro hombre; nunca habría perdido el amor.

  • Mi pasión por Sarah había matado para siempre la simple lujuria. Nunca más podría disfrutar de una mujer sin amor.

  • Bueno, quizá cuando tengas mi edad sepas que el corazón es una bestia poco fiable. La mente también, pero no habla de amor.

  • El odio parece actuar sobre las mismas glándulas que el amor: incluso produce las mismas acciones. Si no nos hubieran enseñado a interpretar la historia de la Pasión, ¿habríamos podido determinar, solo por sus acciones, si era el celoso Judas o el cobarde Pedro quien amaba a Cristo?

  • Era como si nuestro amor fuera una pequeña criatura atrapada en una trampa y desangrándose hasta morir: tuve que cerrar los ojos y retorcerle el cuello.

  • El mejor olor, el del pan; el mejor sabor, el de la sal; el mejor amor, el de los niños.

  • Quienes comparten nuestra niñez, nunca parecen crecer.

  • Pienso que la Navidad es una fiesta necesaria; necesitamos un aniversario durante el cual podamos lamentar todas las imperfecciones de nuestras relaciones humanas. Es la fiesta del fracaso, triste pero consoladora.

  • El alma es la conciencia que a sí misma se distingue de cuanto la rodea.

  • No puede uno confiarse a sus superiores cuando ha triunfado donde ellos fracasaron.

  • Una pasión tiene que tener algo de clandestino, algo de transgresor y algo perverso.

  • La verdad nunca ha sido un valor inherente el ser humano; es una quimera a perseguir para matemáticos y filósofos. En las relaciones humanas la amabilidad y la mentira valen más que mil verdades.

  • Cree que si un hombre se arrepiente del daño que ha echo, ¿puede volver a la época más feliz de su vida y revivirla eternamente? ¿Podría ser así el cielo?

  • Es extraño descubrir y creer que eres amado cuando sabes que no hay nada en ti para nadie más que un padre o un Dios a quien amar.

  • La mayoría de las cosas decepcionan hasta que las miras más a fondo.

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  • No se puede amar a la humanidad. Solo se puede amar a la gente.

  • Nunca conocí a un hombre que tuviera mejores motivos para todos los problemas que causó.

  • Había un entendimiento tácito entre ellos de que ‘el licor ayudaba’; cada vez más miserables con cada copa, uno esperaba el momento de alivio.

  • Para los escritores siempre se dice que los primeros veinte años de vida contienen toda la experiencia; el resto es observación.

  • Es un gran peligro para todos cuando lo impactante cambia.

  • El odio no es más que carencia de imaginación.

  • Llamamos sentimentalismo a los sentimientos que no compartimos.

  • La gente habla de la mayoría de edad. Eso no existe. Cuando uno tiene un hijo, está condenado a ser padre durante toda la vida. Son los hijos los que se apartan de uno. Pero los padres no podemos apartarnos de ellos.

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  • A menudo he observado que el soborno produce ese efecto: introduce cambios en una relación. El hombre que soborna pierde algo de su importancia; una vez aceptado el soborno, se convierte en inferior, como el hombre que ha pagado a una mujer.

  • La inocencia siempre llama en silencio buscando protección cuando sería mucho más prudente que nos protegiéramos de ella: la inocencia es como un leproso mudo que ha perdido su campanilla, vagando por el mundo, diciéndonos que no existe peligro.

  • La herejía es sólo otra palabra para designar la libertad de pensamiento.

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  • Cuando no estamos seguros, estamos vivos.

  • Él siempre será inocente, no se puede culpar a los inocentes, son siempre inocentes. Todo lo que podemos hacer es controlarlos o eliminarlos. La locura es una especie de inocencia.

  • Tuve que tocarte con mis manos, tuve que saborearte con mi lengua; uno no puede amar y no hacer nada.

  • El tiempo tiene sus venganzas, pero la venganza a menudo parece amarga. ¿No sería mejor que no intentáramos comprender, que aceptáramos que ningún ser humano comprenderá jamás a otro, ni una esposa con su esposo, ni un padre con su hijo? Quizás por eso los hombres inventaron a Dios: un ser capaz de comprender.

  • No podría haber pensado más en ella. Incluso el vacío estaba lleno de ella.

  • Había perdido todos nuestros recuerdos para siempre, y fue como si al morir me hubiera robado una parte de mí. Estaba perdiendo mi individualidad. Fue la primera etapa de mi propia muerte, los recuerdos desprendiéndose como miembros gangrenados.

  • Le dedicó una sonrisa fingida y radiante; gran parte de la vida consistía en posponer la infelicidad para otro momento. Nada se perdía con la demora. Tenía la vaga idea de que, si uno se demoraba lo suficiente, la muerte le arrebataba todo de las manos.

  • Si dejara de amarlo, dejaría de creer en su amor. Si amara a Dios, creería en su amor por mí. No basta con necesitarlo. Primero hay que amar, y no sé cómo. Pero lo necesito, cuánto lo necesito.

  • Hay momentos en que un amante anhela ser también padre y hermano: está celoso de los años que no ha compartido.

  • En el fondo de nosotros mismos siempre tenemos la misma edad.

  • Nunca llegamos a hacernos a la idea de que contamos menos para los demás de lo que ellos cuentan para nosotros.

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  • Pero es imposible vivir la vida sin confianza; eso es como estar preso en la peor celda de todas: uno mismo.

  • Nadie llega más lejos que el que no va a ninguna parte.

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  • El matrimonio es una gran institución para quienes admiran las instituciones.

  • Medios de comunicación son sólo palabras que han venido a significar mal periodismo.

  • Una historia no tiene principio ni fin: uno elige arbitrariamente ese momento desde el que mirar hacia atrás o desde el que mirar hacia adelante.

  • No puedes concebir, ni yo tampoco, la terrible extrañeza de la misericordia de Dios.

  • Me importan un bledo los hombres leales a quienes les pagan, a las organizaciones... No creo que ni siquiera mi país signifique mucho. Hay muchos países en nuestra sangre, ¿verdad?, pero solo una persona. ¿Estaría el mundo en el caos que es si fuéramos leales al amor y no a los países?

  • Se dice que la eternidad no es una extensión del tiempo, sino una ausencia de tiempo, y a veces me parecía que su abandono tocaba ese extraño punto matemático de infinitud, un punto sin anchura, que no ocupa espacio.

  • Perdonaríamos la mayoría de las cosas si supiéramos los hechos.

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Residencial Aguamarina - Playa del Norte
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Vista del mar desde la terraza
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Terraza con mesa y sombrilla
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Entrada del apartamento
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Salon con ventanal a la terraza
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Parte del salon, cocina y vista de la terraza
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Vista del salon del apartamento
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Cocina con salida a terraza
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Dormitorio
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Baño con plato de ducha
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Piscina de la comunidad

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