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Más frases de Gustave Flaubert (120)

• Todas las leyes de la física, lo que nos prueba de paso que los curas viven hundidos en una ignominiosa ignorancia y que se esfuerzan por arrastrar a los pueblos en su caída.

• ¡Cómo envidiaba los inefables sentimientos de amor que pretendía representarse a través de los libros!

• Todos se volvieron valientes por el exceso de terror.

• La duda... es una enfermedad que proviene del conocimiento y conduce a la locura.

• Al llegar a los cincuenta años, los hombres de talento hacen con toda seriedad cosas que a los veinticinco les hubieran hecho desternillarse de risa.

• Y al caer como un vestido el encanto de la novedad, dejaba al desnudo la eterna monotonía de la pasión que tiene siempre las mismas formas y el mismo lenguaje.

• La humanidad es como es. No se trata de cambiarla, sino de conocerla.

• Ten cuidado con tus sueños: son la sirena de las almas. Ella canta. Nos llama. La seguimos y jamás retornamos.

• Un hombre que juzga a otro hombre es un espectáculo que me haría estallar de risa, si no me diese piedad.

• Amémonos en el arte como los místicos se aman en Dios, y que todo palidezca frente a ese gran amor.

• Los recuerdos no pueblan nuestra soledad, como suele decirse; al contrario, la hacen más profunda.

• Sé constante y ordenado en tu vida, para que puedas ser violento y original en tu trabajo.

• Siempre es triste dejar un lugar al que uno sabe que nunca volverá. Tales son las melancolías por viajar: quizás son una de las cosas más gratificantes de los viajes.

• Nada es más humillante que ver a los idiotas triunfar en empresas en las que hemos fracasado.

• Ella quería morir, pero también quería vivir en París.

• ¿Hay nada mejor que pasar la noche con un libro, en un rincón, junto al fuego, mientras el viento azota las vidrieras y brilla la lámpara?

• No leas, como hacen los niños para divertirse, o como hacen los ambicioso por instrucción. Lee para vivir.

• Una pena ridiculizada es una pena muerta. Un hombre que ríe es más fuerte que un hombre que sufre.

• Yo y mis libros en el mismo apartamento, como un pepinillo en su vinagre.

• Ser estúpido, egoísta y estar bien de salud, he aquí las tres condiciones que se requieren para ser feliz. Pero si os falta la primera, estáis perdidos.

• A fin de cuentas el trabajo es todavía el mejor medio de pasar nuestra vida.

• No labra uno su destino, lo aguanta.

• Si vuestra obra de arte es buena, si es verdadera, encontrará su eco y se hará su lugar... Dentro de seis meses, de seis años, o después de nuestra muerte. ¿Qué más da?

• El amor, después de todo, no es sino una curiosidad superior, un apetito de lo desconocido que te empuja a la tormenta, a pecho abierto y con la cabeza adelante.

• La felicidad crea hábito y luego ya no se puede vivir sin ella.

• Haz muecas a mis espaldas todo lo que quieras, mi culo te está mirando.

• No hay una partícula de vida que no contenga poesía dentro de ella.

• Somos un hilo, y queremos conocer toda la tela.

• Se necesita una voluntad sobrehumana para escribir, y solo soy un hombre.

• Gustaba del mar a causa de sus tempestades, y de los verdores, tan solo cuando brotaban entre las ruinas. Necesitaba extraer de las cosas un como personal provecho, y rechazaba por inútil cuanto no contribuía al consumo inmediato de su corazón.

• El placer se encuentra primero en anticipación, luego en la memoria.

• El amor es una planta de primavera que perfuma todo con su esperanza, incluso las ruinas a las que se adhiere.

• Me irrita mi propia escritura. Soy como un violinista cuyo oído es verdadero, pero cuyos dedos se niegan a reproducir con precisión el sonido que escucha en su interior.

• No son las grandes calamidades las que más hemos de temer en esta vida, sino las pequeñas desgracias. Yo temo más los alfilerazos que las estocadas.

• Viajar te hace modesto. Te hace ver el pequeño lugar que ocupas en el mundo.

• Ama el arte. De todas las mentiras es, cuando menos, la menos falaz.

• El deber de uno es sentir lo que es grande, apreciar lo bello y no aceptar las convenciones de la sociedad con la ignominia que nos impone.

• El corazón es una tierra que cada pasión conmueve, remueve y trabaja sobre las ruinas de las demás.

• Siempre tendrás que lidiar con bastardos que te mienten, te engañen, te calumnien y te ridiculicen, pero es de esperar y debes agradecer al cielo cuando encuentres la excepción.

• El escritor debe meterse en la vida como en el mar, pero solo hasta el ombligo.

• La manera más profunda de sentir una cosa es sufrir por ella.

• El arte de la escritura es el arte de descubrir lo que uno cree.

• Escribir historia es como beber un océano y mear una taza.

• No se debe desesperar ni desear la muerte, porque los otros hayan muerto.

• El deber no es otro que sentir lo grande, adorar lo bello y no aceptar, con las ignominias que nos impone, todos los convencionalismos sociales.

• No creo que la felicidad sea posible, pero creo que la tranquilidad es posible.

• Lo que me parece el logro más alto y más difícil del Arte no es hacernos reír o llorar, o despertar nuestra lujuria o nuestra ira, sino hacer lo que hace la naturaleza, es decir, llenarnos de asombro.

• No necesito ir a una iglesia a besar bandejas de plata y a engordar con mi bolsillo un montón de farsantes que se alimentan mejor que nosotros. Porque se puede honrarlo lo mismo en un bosque, en un campo, o incluso contemplando la bóveda celeste como los antiguos.

• Los hombres ligeros y mediocres, los espíritus presuntuosos y exaltados quieren llegar a una conclusión en todas las cosas, pretendiendo encontrar el fin de la vida y la dimensión del infinito.

• Debes escribir por ti mismo. Esa es tu única esperanza de crear algo hermoso.

• Todo se vuelve interesante si lo miras el tiempo suficiente.

• La necesidad es un obstáculo indestructible; todo lo que sobre ella se lanza se estrella.

• Se puede calcular lo que vale un hombre por el número de sus enemigos, y la importancia de una obra de arte, por los ataques que recibe.

• Para aguantar todo lo que precisas, hazte una coraza secreta compuesta de poesía y orgullo.

• Lo que un anciano ve sentado; el joven no puede verlo de pie.

• Un corazón es una riqueza que no se vende ni se compra, pero que se regala.

• No hay verdad. Sólo hay percepción.

• Todo el sueño de la democracia es elevar al proletariado al nivel de estupidez alcanzado por el burgués.

• ¿No necesitaba el amor, como las plantas indias, de un adecuado terreno y de una especial temperatura?

• En medio de su aburrimiento, piensa en el amor, como la carpa piensa en el agua sobre la mesa de la cocina.

• La vida debe ser una educación constante; uno debe aprender todo, desde hablar hasta morir.

• A fuerza de ignorar a los idiotas, uno corre el riesgo de convertirse en un idiota.

• Cumplía con su tarea cotidiana como un caballo de noria que da vueltas con los ojos vendados sin saber lo que hace.

• He llegado a la firme convicción de que la vanidad es el fundamento de todo, y finalmente, que lo que llamamos conciencia no es sino la vanidad interna.