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Honoré de Balzac

Honoré de Balzac fue un escritor francés considerado maestro de la novela francesa.

Nació el 20 de mayo de 1799 en Tours, Francia.
Hijo de Anne-Charlotte-Laure Sallambier y Bernard-François Balzac, administrador del hospicio de Tours.

Cursó estudios en el Colegio de Vendôme y más tarde Derecho en la Sorbona por deseo de su padre entre 1818 y 1821.

Desde 1821 trabajó con Auguste Lepoitevin. Entró en el taller de escritores a destajo de este, donde, bajo seudónimos diversos, empezó a escribir novelas comerciales.

Entre 1822 y 1829 vivió en la más absoluta pobreza, escribiendo teatro trágico y novelas melodramáticas que apenas tuvieron éxito.

Durante 1829 escribió la novela Los chuanes, la primera que lleva su nombre. Trabajador infatigable, produjo cerca de 95 novelas y numerosos relatos cortos, obras de teatro y artículos de prensa en los 20 años siguientes.

Entre las novelas más conocidas destacan Papá Goriot (1834), Eugenia Grandet (1833), La prima Bette (1846), La búsqueda del absoluto (1834) y Las ilusiones perdidas (1837-1843).

Honoré de Balzac falleció el 18 de agosto de 1850. Sus últimas palabras fueron: Ocho horas con fiebre, ¡me habría dado tiempo a escribir un libro!

Fuente: buscabiografias.com

Frases y citas de Honoré de Balzac (116)

El anciano es un hombre que ya ha comido y observa cómo comen los demás.
La gloria es un veneno que hay que tomar en pequeñas dosis.
No se es amigo de una mujer cuando se puede ser su amante.

El amor es la poesía de los sentidos.
Cada momento de felicidad requiere una gran cantidad de ignorancia.
El mal de nuestro tiempo es la superioridad. Hay más santos que hornacinas.
El matrimonio debe combatir sin tregua un monstruo que todo lo devora: la costumbre.
El glotón es el sujeto menos estimable de la gastronomía, porque ignora su principio elemental: ¡El arte sublime de masticar!
El odio, como el amor, se alimenta de las cosas más pequeñas, todo le vale.
El amor puede ser o no, pero donde está, debe revelarse en su inmensidad.
París, como toda mujer bonita, está sujeta a caprichos inexplicables de belleza y fealdad.
La esperanza es un recuerdo que desea, la memoria es un recuerdo que ha disfrutado.
Sobre todo, no pidan que la justicia sea justa: es justa, porque es justicia. La idea de una justicia justa podría haberse originado solo en el cerebro de un anarquista.
Solo la inocencia se atreve a cometer ciertos actos de audacia. La virtud, cuando es tutora, es tan calculadora como el vicio.

Los hombres mueren desesperados, mientras que los espíritus mueren en éxtasis.
El tiempo es el único capital de las personas que no tienen más que su inteligencia por fortuna.

Es necesario ser casi un genio para ser un buen marido.
Lo que hace indisoluble a las amistades y dobla su encanto, es un sentimiento que le falta al amor, la certeza.
Los que no tienen hijos ignoran muchos placeres, pero también se evitan muchos dolores.
Aunque el corazón humano puede tener que detenerse para descansar cuando escala las alturas del afecto, rara vez se detiene en la pendiente resbaladiza del odio.
Al lado de la necesidad de definir, se encuentra el peligro de embrollarse.
El primer impulso es la voz de la naturaleza; el segundo, la voz de la sociedad.
La gente termina siempre por condenar a los que acusa.
El corazón de una madre es un abismo en el fondo del cual siempre hay un perdón.
El vicio es tal vez el deseo de aprender todo.

La belleza es el mayor de los poderes humanos. Cualquier poder sin contrapeso o control se convierte en autocrático y conduce al abuso y a la locura. El despotismo en un gobierno es locura; en mujer, fantasía.
¡Qué natural es destruir lo que no podemos poseer, negar lo que no entendemos e insultar lo que envidiamos!
En la vida familiar íntima, llega un momento en que los niños, voluntariamente o no, se convierten en jueces de sus padres.
Las personas que están enamoradas no sospechan nada de nada.
La soledad está bien, pero necesitas que alguien te diga que la soledad está bien.
Ceder a un vicio cuesta más que mantener a una familia.
Toda la felicidad depende del coraje y el trabajo. He tenido muchos períodos de miseria, pero con energía y sobre todo con ilusiones, los superé a todos.
La ingratitud proviene, tal vez, de la imposibilidad de pagar.

Un libro hermoso es una victoria ganada en todos los campos de batalla del pensamiento humano.
Si todos dijéramos a la gente lo que decimos a sus espaldas, la sociedad sería imposible.
¡Cuantas tonterías humanas se encierran en ese recipiente que lleva como rótulo, libertad!

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Aprende Más

En el trabajo olvido mis sufrimientos... ¡El trabajo es mi salvación!
Instruida, la virtud calcula tan bien como el vicio.
El pensamiento es la clave de todos los tesoros; las ganancias del avaro son nuestras sin sus preocupaciones.
¿Cómo podemos explicar la perpetuidad de la envidia, un vicio que no se rinde?
La modestia es la conciencia del cuerpo.
Nuestras peores desgracias nunca pasan, y la mayoría de las miserias llegan con anticipación.
La felicidad de una madre es como un faro, iluminando el futuro pero reflejado también en el pasado bajo la apariencia de buenos recuerdos.
Los corazones nobles no son celosos ni tienen miedo porque los celos deletrean la duda y el miedo deletrea mezquindad.
Los grandes amores comienzan con Champagne y terminan con tisana.
En las grandes crisis, el corazón se rompe o se curte.
Olvidar es el gran secreto de vidas fuertes y creativas.

Ser celoso es el colmo del egoísmo, es el amor propio en defecto, es la irritación de una falsa vanidad.
En las mujeres, el instinto equivale a la perspicacia de los grandes hombres.

Cuando dudas de tu poder, le das poder a tu duda.
El amor no es sólo un sentimiento. Es también un arte.
No existe el hombre que haya podido descubrir el medio de dar un consejo de amigo a una mujer, ni siquiera a la suya.
El amor crea en la mujer, una mujer nueva; la de la víspera ya no existe al día siguiente.
Somos muy fuertes cuando admitimos nuestra debilidad.
Dios es el poeta; los hombres son solo los actores. Los grandes dramas de la tierra fueron escritos en el cielo.