Frases célebres

Buscar frases por:

Autores

Temas

Proverbios

Giacomo Leopardi

El conde Giacomo Leopardi fue un poeta, filósofo, filólogo y erudito italiano del Romanticismo.

    Nació el 29 de junio de 1798 en Recanati (Italia). Hijo del conde Monaldo y de Adelaide Antici.

De formación autodidacta, a los dieciséis años ya había leído los mayores textos en latín y en griego, y hablaba inglés, francés, español, y hebreo.

    Su vista se deterioró y padeció de una comba espinal. Con veinte años ya tenía una visión pesimista de la vida que condicionó su producción literaria.

Es reconocido por ser el mayor poeta lírico de la Italia del siglo XIX.
    Uno de sus primeros poemas fue La aproximación de la muerte (1816), cuya versificación asemeja la de la lírica medieval.

Su obra poética se encuentra recogida en I Canti (Cantos, 1831). Además escribió ensayos filosóficos, como Opúsculos morales (1827).
    Giacomo Leopardi falleció en Nápoles el 14 de junio de 1837 por el cólera.

Fuente: buscabiografias.com

Frases y citas de Giacomo Leopardi (93)

• Los antepasados son lo más importante para quien no ha hecho nada.

• La vida humana es un verdadero y amargo exilio.

• La vida no es más que una serie de decepciones.

• Las personas no son ridículas sino cuando quieren parecer o ser lo que no son.

• El hombre no vive de otra cosa que de religión o de ilusiones.

• Yo no llamo malvado propiamente al que peca, sino al que peca sin remordimiento.

• El que tiene el valor de reír es dueño del mundo.

• Pedir que una poesía sea razonable es como esperar que una bestia sea razonable.

• El medio más seguro de ocultar a las demás los límites del propio saber es el no rebasarlos.

• El egoísmo ha sido siempre la plaga de la sociedad, y lo que es más, mucho peor es la condición de la sociedad.

• La naturaleza es indiferente a nuestro sufrimiento.

• Dícese con poca propiedad que el aburrimiento es un mal común. Podrá ser común el estar desocupado u ocioso, pero no aburrido. El fastidio no cabe sino en aquellos que no tienen espíritu.

• La mayor parte de los hombres, en su razón última, no ama ni ansía vivir, sino para vivir. El objeto real de la vida es la vida y el andar trajinando con gran fatiga arriba y abajo por un mismo camino con un carro pesadísimo y vacío.

• El verdadero infierno es la vida misma.

• La libertad es un mito, todos estamos sometidos a fuerzas inexorables.

• La paciencia es la más heroica de las virtudes, precisamente porque carece de toda apariencia de heroísmo.

• Todas las criaturas se sienten o pueden sentirse satisfechas de sí mismos, excepto el hombre; lo que demuestra que su existencia no esta limitada a este mundo como la del resto de las cosas.

• La felicidad que pruebo cuando compongo es el mejor tiempo que paso de mi vida. Pasar los días sin darme cuenta, parecerme las horas cortísimas y maravillarme a menudo de tanta felicidad pasional.

• En todos los climas, bajo todos los cielos, la felicidad siempre está en otra parte.

• El amor es física; el matrimonio es química.

• La costumbre de callar en una conversación, gusta y es saludable cuando consta que la persona que calla posee cuanto ha menester para hablar con competencia y acierto.

• Cuanto más controlas el tiempo, más te preocupa que no te baste; cuanto más lo pierdes, más parece que sobre.

• El pasado está lleno de dolor, el futuro está lleno de incertidumbre.

• Más pronto se encuentra a quien por un extraño esté dispuesto a aventurar su vida, que a uno que, no digo gaste, sino arriesgue, un duro por su amigo.

• No es suficiente que el escritor sea dueño de su estilo. Es importante que el estilo sea dueño de las cosas.

• La esperanza es el último engaño del corazón humano.

• Sólo el arte puede salvar al hombre de la desgracia de su existencia.

• La felicidad está en la ignorancia de la verdad.

• Confiad en los que se esfuerzan por ser amados; dudad de los que sólo procuran parecer amables.

• Los niños hallan el todo en la nada; los hombres, la nada en todo.

• La felicidad o infelicidad no se mide desde el exterior sino desde el interior.

• La muerte no es un mal, puesto que libera al hombre de todos los males y se lleva sus deseos junto a sus recompensas.

• La razón es una lámpara. La Naturaleza quiere ser iluminada por la razón, no incendiada.

• La vejez es el mal supremo porque priva al hombre de todos los placeres dejándole los apetitos, y trae con ella todos las penas posibles. Sin embargo los hombres temen a la muerte y desean llegar a viejos.

• Ser consciente de la propia insignificancia es el mayor acto de lucidez.

• Ninguna profesión tan estéril como la de literato.

• El arte nunca puede igualar la riqueza de la naturaleza.

• La soledad es el más terrible de los dolores.

• El conocimiento es una carga, la ignorancia es una bendición.

• No hay nada más raro en el mundo que una persona a la que siempre podamos tolerar.

• ¡Ay, amor! ¡Qué mal me gobernaste! ¿Por qué un sentimiento tan dulce me trae tanto dolor, tanto deseo?

• Nos equivocamos cuando decimos que un tal deseo ha sido satisfecho. No se satisfacen los deseos cuando se consigue el objeto sino que se apagan, es decir, se pierden y se abandonan por la certeza adquirida de no poderlos satisfacer nunca.

• No existe infelicidad humana que no pueda crecer, pero en cambio es posible encontrar un final a aquello que denominamos felicidad.

• Dos cosas hermosas tiene el mundo: amor y muerte.

• Un hombre cuanto más dominado esté por la razón más difícilmente será grande.

• La sinceridad puede agradar cuando es usada con arte o cuando, por su rareza, no logra crédito.