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Más frases de Marco Aurelio (123)

• Acepta las cosas a las que el destino te ata y ama a las personas que el destino te trae, pero hazlo con todo tu corazón.

• Estamos demasiado acostumbrados a atribuir a una sola causa lo que es el producto de varias, y la mayoría de nuestras controversias proceden de eso.

• Todas las cosas se hallan entrelazadas entre sí y su común vínculo es sagrado y casi ninguna es extraña a la otra, porque todas están coordinadas y contribuyen al orden del mismo mundo.

• Es ridículo no intentar evitar tu propia maldad, lo cual es posible, y en cambio intentar evitar la de los demás, lo cual es imposible.

• Una excelente manera de defenderte de los demás es procurar no parecerte a ellos.

• Sólo los locos persiguen lo imposible. Imposible es que los malos no cometan maldades.

• No des largas a tus acciones, no te embrolles en las conversaciones, no vagabundees con la imaginación.

• Y recuerda que has de tratarles como a hombres, porque son tan humanos como tú y por tanto te resultan tan imprescindibles como la mandíbula inferior lo es para la superior.

• Todo lo que escuchamos es una opinión, no un hecho. Todo lo que vemos es una perspectiva, no la verdad.

• Si no conviene, no lo hagas; si no es verdad, no lo digas. Sé dueño de tus inclinaciones.

• Comenzar es la mitad del trabajo, comienza nuevamente con la mitad restante, y habrás terminado.

• Cada vez que estés a punto de señalar un defecto en otra persona, hazte la siguiente pregunta: ¿Qué defecto en mí se parece al que estoy a punto de criticar?

• Acepta lo que venga tejido en el patrón de tu destino, pues... ¿Qué podría ser más adecuado para satisfacer tus necesidades?

• No hables demasiado acerca de la amabilidad del hombre, o de qué tan bueno debe ser, sólo sé así.

• ¿Es tu reputación lo que te molesta? Pero mira lo rápido que somos olvidados. El abismo del tiempo eterno se traga todo. El vacío de esas manos que aplauden. Las personas que nos aplauden, qué caprichosas son, qué arbitrarias.

• Piensa que estás muerto. Ya has vivido tu vida. Ahora aprovecha lo que te queda de ella y vívela como se debería. Lo que no transmite luz, crea su propia oscuridad.

• Piensa en la belleza de la vida. Mira las estrellas y mírate corriendo detrás de ellas.

• Rechaza tu sentido de prejuicio y el prejuicio por sí solo desaparecerá.

• Pues hemos nacido para colaborar, al igual que los pies, las manos, los párpados, las hileras de dientes, superiores e inferiores. Obrar, pues, como adversarios los unos de los otros es contrario a la naturaleza.

• El alma humana se avergüenza de sí misma cuando se deja vencer por el placer o el dolor.

• Donde quiera que se pueda vivir se puede vivir bien.

• No sólo hay que recordar que cada día vivido es un día menos sino que no está garantizado que nuestra inteligencia nos acompañará hasta el final.

• Cuando el dolor es insoportable, nos destruye; cuando no nos destruye, es que es soportable.

• Tranquilo a la vez que resuelto, alegre a la par que consistente, es el hombre que en todo sigue la razón.

• No obres como si fueras a vivir mil años; obra como si el fin estuviera muy cerca.

• El que vive en armonía consigo mismo vive en armonía con el Universo.

• La primera regla es mantener el espíritu en calma. La segunda es ver las cosas frente a frente y saber qué son.

• Si algún hombre me odia, ese es su problema. Mi única preocupación es no hacer o decir nada que merezca ese odio.

• Mira lo que viene a ser tu espíritu: viento, y no siempre el mismo, que a cada instante lo expeles para aspirarlo de nuevo.

• Que algo te parezca difícil, no quiere decir que nadie más sea capaz de lograrlo.

• El eco de lo que hacemos ahora, resuena en la eternidad.

• Todo es en cierto modo, bello, es bello por sí mismo y no pide nada más allá de sí mismo. El elogio no es parte de sí mismo, en consecuencia ni se empeora ni se mejora aquello que se alaba.

• La vida no es buena ni mala, sino un lugar para el bien y el mal.

• Acomódate a las cosas que la suerte te ha destinado, y ama con verdadero amor a los hombres con quienes debes convivir.

• No hay hombre tan afortunado que no tenga a su lado, cuando está a punto de morir, alguien que se complace en lo que va a suceder.

• Aunque los reyes obren bien, se hablará mal de ellos.

• Los deseos conducen a la permanente preocupación y decepción, ya que todo lo que se desea de este mundo es miserable y corrupto.

• Si la fama sólo llega después de la muerte, no tengo prisa en conseguirla.

• Aquello que no es bueno para la colmena, no puede ser bueno para las abejas.

• La dulzura, cuando es sincera, es una fuerza invencible.

• Deberás de convertirte en un anciano con la suficiente antelación si deseas ser un viejo mucho tiempo.

• Mira hacia el pasado, con sus imperios cambiantes que se alzaron y cayeron, y serás capaz de prever el futuro.

• Nuestra vida es lo que nuestros pensamientos crean.

• Es una tontería preocuparse del mundo, éste no se preocupa por ello.

• No pierdas el tiempo especulando sobre lo que hacen tus vecinos, a menos que sea para beneficio mutuo. Preguntarse qué están haciendo y por qué lo hacen, qué dicen, piensan o planean te distrae y simboliza perder la oportunidad de hacer otras tareas.

• Sólo eres un alma que lleva un cadáver a cuestas.

• La capacidad natural sin educación, más a menudo ha elevado a un hombre a la gloria y a la virtud, que la educación sin la capacidad natural.

• La única riqueza que conservarás para siempre es la riqueza que has obsequiado.

• Cumplo mi obligación, lo demás no me distrae.

• Pronto olvidarás todo, pronto serás olvidado.

• La vida de un hombre es lo que sus pensamientos hacen de ella.

• La muerte es, lo mismo que el nacimiento, un misterio de la naturaleza.

• Un hombre no debería tener miedo a la muerte, debería tener miedo a no empezar nunca a vivir.

• No gastes más tiempo argumentando acerca de lo que debe ser un buen hombre. Sé uno.

• El arte de vivir se asemeja más a la lucha que a la danza.

• Muchas veces me he preguntado cómo es que cada hombre se ama más a sí mismo que al resto de los hombres, pero a pesar de todo le da menos valor a sus propias opiniones que a las opiniones de otros.

• No sueñes con las cosas que no tienes, más bien reconoce las bendiciones de las cosas que sí posees. Luego, recuerda agradecido cómo estarías de ansioso si tus posesiones no fueran tuyas.

• Acuérdate siempre que no se pierde otra vida que la que se vive y que sólo se vive la que se pierde.

• Haz por ser semejante a un promontorio. Las olas del mar se estrellan contra él de continuo, y él se mantiene inmóvil hasta que en torno suyo se abonanzan las aguas.

• Está en tu poder retraerte cada vez que lo desees. La tranquilidad perfecta consiste en el orden de la mente, el reino que te pertenece.

• No actúes como si fueras a vivir por diez mil años. La muerte te acecha. Mientras vivas, mientras sea posible, sé bueno.

• Para entender la verdadera calidad de las personas, debes mirar dentro de sus mentes, examinar sus ocupaciones y aversiones.

• La vida más larga y la más corta tienen la misma equivalencia, pues el presente es de igual duración para todos.

• Contemplar la vida humana durante cuarenta años es lo mismo que contemplarla durante diez mil, pues ¿qué más veréis en diez mil años?

• No permitas que tu memoria se enajene de las cosas que tienes, sino de las que te hagan falta.

• Yo tengo mi patria: Como Antonino a Roma, como hombre al mundo entero.

• ¡A cuántos Crisipos se ha tragado ya la eternidad, a cuántos Sócrates, a cuántos Epictetos! Que se te ocurra lo mismo ante absolutamente cualquier hombre y cosa.