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Marco Aurelio

Marco Aurelio Antonino, apodado el Sabio o el Filósofo, fue emperador y filósofo estoico romano.
   Nació el año 121 en Roma en el seno de una familia de origen hispánico.

Desde joven se interesó por la filosofía. Discípulo de Frontone que fue su maestro de retórica. Marco Aurelio formará parte del estoicismo, convirtiéndose en uno de sus más importantes representantes. Tras la llegada al poder de su tío Antonino Pío, fue adoptado por él y lo casó con su hija. Cuando Antonino Pío falleció, se convirtió en emperador, en el 161.

En el transcurso de su reinado libró guerras defensivas en las fronteras del norte y del este del Imperio. Sus legiones contuvieron la invasión parta de Siria en el 166, y en el 167, luchó contra las tribus germanas en la frontera Rin-Danubio. Marco Aurelio regresó a Roma, de forma intermitente, durante la campaña germana, con el fin de realizar reformas legales y administrativas.

   Falleció el año 180 a causa de peste en Vindobona (hoy Viena).
  Le sucedió su hijo Cómodo poniendo fin a la guerra danubiana.

Fuente: buscabiografias.com

Frases y citas de Marco Aurelio (123)

• La mejor venganza es ser diferente a quien causó el daño.

• La pérdida no es otra cosa que un cambio, y el cambio es el deleite de la naturaleza.

• El mundo no es más que transformación, y la vida, opinión solamente.

• No permitas que tu mente se enajene de las cosas que tienes, sino de las que careces.

• La perfección del carácter es esto: vivir cada día como si fuese el último, sin apresurarse, sin apatía, sin pretensiones.

• Los que no escudriñan los movimientos de su propia alma, fuerza es que sean desgraciados.

• Lo que es realmente hermoso no necesita nada más.

• Vuelve a tus sentidos, regresa, despierta otra vez. Ahora que te has dado cuenta de que lo que te molestaba sólo era un sueño, mira la “realidad” como ves tus sueños.

• Cuando otra persona te culpa o te odia, o las personas te critican, ve hacia sus almas, penetra en las profundidades y observa qué clase de personas son. Te darás cuenta de que no deberías atormentarte pensando en lo que los demás creen de ti.

• El tiempo es una especie de río de acontecimientos y fuerte es su caudal; tan pronto como algo es traído a la vista, es arrastrado y otra cosa toma su lugar, y esto a su vez también será arrastrado.

• Debemos hacer el bien a los demás tan naturalmente como un caballo corre, una abeja hace miel o una viña da uvas.

• Morir no es otra cosa que cambiar de residencia.

• La muerte nos libera de las impresiones de los sentidos, de los deseos que nos hacen juguete suyo, de las divagaciones del espíritu y del duro servicio de la carne.

• Nunca discutas con un superior. Corres el riesgo de tener razón.

• Más deseo conservar un solo ciudadano que destruir mil enemigos.

• Está cerca que tú te olvides de todo y también lo está que todos te olviden.

• Haz cada cosa en la vida como si fuera lo último que hagas.

• Cuánto tiempo ahorra el que no se da la vuelta para ver lo que su vecino dice, hace o piensa.

• Te embarcaste, surcaste mares, atracaste: ¡desembarca!

• El valor de un hombre no es más grande que sus ambiciones.

• Las personas estamos capacitadas naturalmente para soportar todo lo que nos sucede.

• Encaríñate con tu oficio por pequeño que sea y descansa en él.

• La felicidad de los que quieren ser populares depende de los demás. La felicidad de los que buscan placer fluctúa con el humor que está fuera de su control. Sin embargo, la felicidad de los sabios viene de sus actos.

• Qué ridículo y qué extraño es sorprenderse de las cosas que pasan en la vida.

• El objeto de la vida no es estar en el lado de la mayoría, sino escapar de formar parte de los insensatos.

• Todo lo que pasa, sucede como debería, y si observas cuidadosamente, encontrarás que esto es así.

• Adáptate al género de vida que te ha tocado en suerte.

• Es una locura trabajar toda la vida, si nuestra imaginación y nuestro esfuerzo no tiende hacia un objeto determinado.

• La inteligencia del universo es social. Ha hecho a los inferiores para beneficio de los superiores, y a los superiores para que se adapten unos a otros.

• Quien huye de las obligaciones sociales es un desertor.

• El tiempo es un rio de acontecimientos, una corriente impetuosa.

• El abrazo sexual sólo se puede comparar con la música y con la oración.

• Cuando te levantes por la mañana, piensa en el privilegio de vivir: respirar, pensar, disfrutar, amar.

• En ningún lugar puede un hombre encontrar un retiro más tranquilo e imperturbable que en su propia alma.

• Un hombre noble se compara y estima a sí mismo por una idea que es superior a él; un hombre mezquino, por una inferior a sí mismo. El primero produce aspiración; el otro ambición, que es a lo que un hombre vulgar aspira.

• Si estás molesto por una causa externa, el dolor no se debe a la causa en sí misma, sino al valor que tú le das. Y tienes el poder de revocar ese valor.

• Los humanos existen por el bien de los demás. Así que o les enseñas o aprendes a soportarlos.

• Piensa cuánto más dolorosas son las consecuencias de tu ira que las acciones que la han originado.

• La vida es una opinión.

• Sólo haz lo correcto. Lo demás no importa. Caliente o frío. Cansado o descansado. Despreciado y honrado. Muerto u ocupado con otras tareas. Porque morir también es una de las tareas que debemos cumplir en la vida.

• No dejes que el futuro te moleste. Te encontrarás con él, si debes hacerlo, con las mismas armas racionales con las que estás armado para luchar contra el presente.

• Nada tiene tanto poder para ampliar la mente que la capacidad de investigar de manera sistemática y real todo lo que es susceptible de observación en la vida.

• Acuérdate también de esto siempre: para vivir felizmente basta con muy poco.

• Una sola es la luz del sol, aunque la obstaculicen muros, montes, incontables impedimentos.

• A la piedra arrojada, no le importa caer ni subir.

• Ten presente que los hombres, hagan lo que hagan, siempre serán los mismos.

• Apenas amanezca, hazte en tu interior esta cuenta: hoy tropezaré con algún entremetido, con algún ingrato, con algún insolente, con un doloso, un envidioso, un egoísta.

• No hay que censurar a los dioses porque no yerran en nada, ni contra su voluntad ni a propósito. Tampoco a los hombres, porque en nada yerran si no es contra su voluntad. En conclusión no hay que censurar a nadie.

• Hace falta muy poco para tener una vida feliz; está todo dentro de ti, en tu forma de pensar.

• El orden universal y el orden personal no son otra cosa que diferentes expresiones y manifestaciones de un principio común fundamental.

• Observa constantemente todas aquellas cosas que toman lugar por el cambio, y acostúmbrate a pensar que nada ama tanto la naturaleza del universo como cambiar las cosas existentes y crear nuevas cosas semejantes.

• Si alguien es capaz de mostrarme que lo que pienso o hago no es correcto, cambiaré con gusto, puesto que busco la verdad y nunca nadie ha sido herido por la verdad. La persona que se estanca en la ignorancia es la que sale herida.

• Haz lo que debas hacer. Incluso si te desarmas, la mayoría de las personas seguirán haciendo las mismas cosas.

• La felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos.

• Tus días están contados. Úsalos para abrir las ventanas de tu alma y que entre el sol. Si no lo haces, el sol se pondrá en horizonte y tú con él.

• Siempre tienes la opción de no opinar al respecto. No hay necesidad de molestar tu alma por cosas que no puedes controlar. Esas cosas no están pidiéndote que las juzgues. Déjalas en paz.