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Alexander Pope

Alexander Pope fue un escritor inglés, uno de los más reconocidos del siglo XVIII.
  Nació el 21 de junio de 1688 en Londres.

   Hijo de un comerciante londinense. Siendo un niño recibió clases de sacerdotes y después completó su formación de forma autodidacta.

Padeció una grave enfermedad en la médula espinal, que lo dejó deforme. En 1717, se instala en una casa de campo en Twickenham, al oeste de Londres, donde vivió hasta su muerte.

   Inspirado en los grandes poetas clásicos de la antigüedad fue autor de una poesía muy elaborada. Su carrera literaria se inicia en 1704, cuando el dramaturgo William Wycherley le introduce en un círculo de escritores. En 1709 aparece su Pastorals. En 1711, publicó su Ensayo sobre la crítica. Su poema más famoso, El rizo robado (1712, revisado en 1714), obra imaginativa en la que describe la vida de los 'salones' le consolidó como escritor.
   En 1713 publicó El bosque de Windsor, posteriormente se dedica a la traducción. Tradujo en verso la Iliada (1715-1720) y la Odisea (1725-1726).

Junto a su amigo Jonathan Swift escriben desdeñosas críticas a quienes consideraban los peores escritores del momento, y en 1727 inician una serie de parodias sobre los mismos escritores.
   Alexander Pope falleció en Londres, el 30 de mayo de 1744.

Fuente: buscabiografias.com

Frases y citas de Alexander Pope (81)

• El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera.

• Un hombre nunca debería avergonzarse de reconocer que ha estado equivocado, lo cual no es más que decir en otras palabras que hoy es más sabio de lo que era ayer.

• Los encantos llaman la atención, pero el mérito gana el alma.

• Los hombres más positivos son los más crédulos.

• El bobo está contento de no saber nada.

• Actúa bien de tu parte, allí está todo el honor.

• Cuando falta el mérito verdadero, no sirve de nada haber sido estimulado por grandes, alabado por los eminentes y favorecido por el público general.

• ¡Oh paz! cuántas guerras se libraron en tu nombre.

• Las pasiones son los vendavales de la vida.

• Ocurre con la gente de mente pequeña lo mismo que con las botellas de cuello estrecho. Cuanto menos contiene, más ruido hacen al vaciarlas.

• Las mujeres se nos aparecen como un conjunto de tulipanes multicolores; ellas deben la mitad de sus encantos a sus continuas variaciones y cambiantes maneras.

• En el mejor de los casos, la mujer es algo contradictorio.

• El hombre nunca se cree feliz, menos cuando disfruta de esas cosas que otros quieren o desean.

• Errar es humano, perdonar, divino.

• Las palabras son como las hojas; cuando abundan, poco fruto hay entre ellas.

• La belleza nos atrae con un solo cabello.

• A menudo sucede que esas son las mejores personas cuyos personajes han sido más perjudicados por los difamadores: como generalmente encontramos que es la fruta más dulce la que las aves han estado buscando.

• Un partido es una locura de muchos en beneficio de unos pocos.

• En conjunto, un mal autor merece mejor trato que un mal crítico.

• No es tanto el estar exento de faltas lo que nos aprovecha, sino el haber sabido vencerlas.

• La vanidad es para la naturaleza lo que la pintura es para la belleza; no solo es innecesaria, sino que perjudica lo que mejoraría.

• Gana riqueza y posición, si es posible, con gracia; pero si no, gánalos como sea.

• Conócete a ti mismo y no trates de escrutar en la Divinidad; el estudio propio del hombre es el hombre.

• La única diferencia entre lo que se llama tertulia y buena sociedad, es oír unas mismas cosas en una habitación reducida o en un gran salón.

• La muerte, solo la muerte, puede romper la cadena duradera; y allí, hasta entonces, quedará mi polvo frío.

• Un poco de aprendizaje es una cosa peligrosa.

• Las historias están más llenas de ejemplos de perros fieles que de amigos fieles.

• Toda la naturaleza no es sino arte, desconocido para ti.

• Bienaventurado el que no espera nada, porque nunca se desilusionará.

• Sueño y muerte, dos mellizos de raza alada, de velocidad inigualable, pero de ritmo silencioso.

• La naturaleza y sus leyes yacían escondidas en la oscuridad: dijo Dios ¡que Newton sea! y todo se iluminó.

• Lo que algunos llaman salud, si lo compra la ansiedad perpetua de la dieta, no es mucho mejor que una enfermedad tediosa.

• Puedes decir de aquellos que lloras que no han desaparecido, sino que se han marchado antes.

• Jamás he conocido en mi vida a un hombre que no pudiera soportar como perfecto cristiano las desgracias ajenas.

• Porque el demonio es ahora más sagaz que antiguamente y tienta, no con la pobreza, sino dando riquezas.

• Enséñame a sentir el dolor de los demás, a esconder la culpa que veo, la misericordia que tengo a los demás y la misericordia que me muestra.

• Amor, libre como el aire, a la vista de los lazos humanos, extiende sus alas ligeras, y en un momento vuela.

• Los tontos se apresuran donde los ángeles temen pisar.

• Una excusa es peor y más terrible que una mentira, porque una excusa es una mentira guardada.

• La verdadera facilidad para escribir proviene del arte, no del azar, ya que se mueve más fácilmente cuando ha aprendido a bailar.