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Más frases de George Washington (112)

La conciencia de haber cumplido con el deber que le debemos a nuestro país es superior a todas las demás consideraciones.
El poder bajo la Constitución siempre estará en el pueblo.
La necesidad no tiene ley. Cuando estamos presionados, debemos sacar lo mejor de las circunstancias.

Cuando hables de Dios o de sus atributos, hazlo con toda seriedad y reverencia.
La verdad finalmente prevalecerá donde haya dolor para sacarla a la luz.
Estar preparado para la guerra es uno de los medios más efectivos para preservar la paz.
Se descubrirá que los celos son injustos e imprudentes para privar a un hombre de su libertad natural con la suposición de que puede abusar de ella.
Las acciones, no las palabras, son el verdadero criterio del apego entre los amigos.
Si esta nación espera ser ignorante y libre, nunca lo será.
Espero, en algún momento u otro, convertirnos en un almacén y un granero para el mundo.
Voy a la presidencia del gobierno con sentimientos similares a los del culpable que va al lugar de su ejecución.
Los Estados democráticos siempre deben sentirse antes de poder ser vistos: es esto lo que hace que sus gobiernos sean lentos, pero la gente finalmente tendrá razón.
Las sonrisas propicias del Cielo nunca se pueden esperar en una nación que ignora las eternas reglas de orden y derecho, que el mismo Cielo ha ordenado.
Sostengo que la máxima no es aplicable a asuntos públicos sino a asuntos privados, que la honestidad es la mejor política.

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Aprende Más

Los momentos decisivos de la vida no son los mejores momentos. Las crisis reales a menudo se ocultan tras una apariencia tan trivial que pasan desapercibidas.
El poder de hacer la guerra a menudo la impide.

No hay nada que produzca más paz que estar bien preparado para enfrentarse a un enemigo.
Es imposible gobernar rectamente al mundo sin Dios y sin la Biblia.
El 99% de los fracasos provienen de personas que ponen excusas.
La base de nuestro sistema político es el derecho de las personas a hacer y modificar sus constituciones de gobierno.
Nada puede ser más dañino para el servicio que el descuido de la disciplina; porque esa disciplina, más que números, le da a un ejército la superioridad sobre otro.
No puede haber un error mayor que esperar, o calcular, sobre favores reales de una nación a otra. Es una ilusión que la experiencia debe curar, que un orgullo justo debería descartar.
La población tumultuosa de las grandes ciudades debe ser temida. Su violencia indiscriminada proscribe por el momento a todas las autoridades públicas, y sus consecuencias a veces son extensas y terribles.
Contraer nuevas deudas no es la forma de pagar las antiguas.

El valor de la libertad se mejoró así en nuestra estimación por la dificultad de su consecución, y el valor de los personajes apreciados por el juicio de la adversidad.
A medida que la estructura de un gobierno le da fuerza a la opinión pública, es esencial que la opinión pública se ilumine.
La honestidad se encontrará en cada experimento, para ser la mejor y única política verdadera; permítannos, como nación, seamos justos.
Nada es más extraño para mi pecho, o un pecado que mi alma aborrezca más que esa detestable ingratitud.
Creo que el conocimiento de los libros es la base sobre la cual se debe construir otro conocimiento.
El poder de todos los magistrados debe ser limitado, y no se debe confiar a los hombres un poder ilimitado.
La disposición con que nuestros jóvenes probablemente servirán en cualquier guerra, por justificada que esté, será directamente proporcional a cómo perciban que los veteranos de guerras anteriores fueron tratados y apreciados por su nación.
La religión y la moralidad son pilares esenciales de la sociedad civil.

La felicidad y el deber moral están inseparablemente conectados.
La Constitución es la guía que nunca abandonaré.
No hay distancia que pueda mantener a los amantes separados mucho tiempo.

Estoy persuadido, usted me permitirá observar, que el camino de la verdadera piedad es tan simple que requiere poca dirección política.
El establecimiento de la libertad civil y religiosa fue el motivo que me indujo a ir al campo de batalla.
Se acerca el momento, que debe determinar si los estadounidenses deben ser hombres libres o esclavos.
La humanidad, cuando se la deja a sí misma, no es apta para su propio gobierno.
Deje que su corazón sienta por las aflicciones y la angustia de todos, y deje que su mano se entregue en proporción a su bolsa.
Cada publicación es honorable en la que un hombre puede servir a su país.
De todas las animosidades que han existido entre la humanidad, las que son causadas por una diferencia de sentimientos en la religión parecen ser las más inveteradas y angustiantes, y deberían ser más desaprobadas.
Fomentar la literatura y las artes es un deber que todo buen ciudadano debe a su país.
La idea misma del poder y el derecho del pueblo a establecer un gobierno presupone el deber de todo individuo de obedecer al gobierno establecido.

La experiencia lograda no reduce los motivos que tengo para desconfiar de mí mismo, y creciendo cada vez más el peso de mis años estos mismos me avisan sin cesar que la sombra del retiro ha de serme tan necesaria como agradable.
Espero tener siempre suficiente firmeza y virtud para conservar lo que considero que es el más envidiable de todos los títulos: el carácter de Hombre Honrado.

Cuanto más difícil es el conflicto, mayor es el triunfo.
Si deseamos evitar el insulto, debemos ser capaces de rechazarlo; si deseamos asegurar la paz, uno de los instrumentos más poderosos de nuestra creciente prosperidad, debe saberse que estamos en todo momento preparados para la guerra.
Cuando un pueblo se ha vuelto incapaz de gobernarse a sí mismo y está en condiciones para someterse a un amo, poco importa de dónde procede éste.
No conozco ninguna actividad en la que puedan prestarse servicios más reales e importantes a ningún país que la mejora de su agricultura, su variedad de animales útiles y otras ramas de los cuidados de un agricultor.
Pero si un poder extranjero nos dice qué debemos hacer y qué no debemos hacer, tenemos la independencia aún por alcanzar, y hemos luchado hasta ahora por muy poco.
¿Dónde está la seguridad de la propiedad, de la reputación, de la vida, si el sentido de la obligación religiosa suspende los juramentos?
Pocas personas tienen la virtud de resistir al mejor postor.
Es nuestra verdadera política evitar las alianzas permanentes con cualquier parte del mundo exterior.
Una felicidad más permanente y genuina se encuentra en los caminos aislados de la vida conyugal que en las vertiginosas vueltas del placer promiscuo.
Debemos tomar la naturaleza humana tal como la encontramos, la perfección no cae de la participación de los mortales.
El mejor y único camino seguro para el honor, la gloria y la verdadera dignidad es la justicia.

La administración de justicia es el pilar más firme del gobierno.
En Inglaterra, la libertad es una especie de ídolo. Al pueblo se le enseña a amarla y a creer en ella, pero ve muy pocos de sus resultados. El pueblo puede moverse libremente, pero dentro de altas murallas.