Frases célebres |
José Augusto Trinidad Martínez Ruiz, más conocido por su seudónimo Azorín, fue un escritor y ensayista español perteneciente a la Generación del 98.
Nació en Monóvar (Alicante), el 8 de junio de 1873 en una familia acomodada y
burguesa. Estudió Derecho en la Universidad de Valencia, donde se interesó por los movimientos anarquistas
e hizo sus primeras incursiones en el periodismo y la crítica.
Escorado a la derecha ideológica a partir de 1900, Azorín publicó regularmente
en medios como el ABC, y se implicó en la vida política, llegando a ser diputado y
formando parte del gobierno en cargos menores. Sin embargo, sus mejores críticas literarias llegarían
en las páginas de La Vanguardia que, a la postre, fue el diario que le dio a conocer.
En 1924 pasó a formar parte de la RAE, en una época en la
que rechazó de pleno la dictadura de Primo de Rivera. Durante la Guerra Civil se exilió en Francia y
vivió allí hasta el final del conflicto, volviendo a España gracias a la intervención de
Ramón Serrano Suñer. En 1946 se le otorgó la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X
el Sabio.
Azorín falleció en Madrid el 2 de marzo de 1967.
Fuente: lecturalia.com
No hay pueblo español chico o grande, que no encierre una enseñanza.
Sin los escritores, aún los actos más laudables son de un día.
Lo contrario de la hipérbole es el trabajo: exactitud, reflexión, precisión. Es difícil hacer del idioma un instrumento exacto y dúctil; y es fácil salir del paso con un superlativo que no dice nada.
Publicidad
Vivir es volver.
Si lo pensamos, veremos que muchos de los disgustos que nos sobrevienen lo son por palabras innecesarias.
La vejez es la pérdida de la curiosidad.
La vida fluye incesable y uniforme; duermo, trabajo, discurro por Madrid, hojeo al azar un libro nuevo, escribo bien o mal -seguramente mal- con fervor o con desmayo. De rato en rato me tumbo en un diván y contemplo el cielo, añil y ceniza. ¿Y por qué había de saltar de improviso el evento impensado?
El no saber las noticias sino muy tarde, cuando hace ya un mes o dos que ha ocurrido el suceso, impregna de prudencia nuestro espíritu y hace que las pasiones no se encrespen.
Adviértase que no trato de pergeñar una biografía. No tengo preparación para el caso. Si la tuviera, no la escribiría tampoco.
No hay más realidad que la imagen, ni más vida que la conciencia.
¿Y es que saben muchos de los que atacan el motivo por el que atacan? Unas palabras cordiales, un simple apretón de manos, disiparían en el enfurruñado su encono.
Cambia el concepto del patriotismo según las mil circunstancias del agregado social.
La elegancia es fuerza contenida.
¿Qué sería de un escritor sin esa traba que lo obliga a sutiles vueltas y revueltas para decir lo que no se puede decir? La técnica literaria sale ganando.
El viejo es un enfermo sano.
Visite una de las ciudades más bonitas de España, visite Albarracín.
La sinceridad cuesta mucho. Creemos muchas veces que somos sinceros y no lo somos.
Lo inacabado tiene un profundo encanto. Esta fuerza rota, este impulso interrumpido, este vuelo detenido, ¿qué hubieran podido ser y adónde hubieran podido llegar?
El cine tiene que producir sosiego.
Yo amo a Yecla, este buen pueblo de labriegos... Los veo amar, amar la tierra. Y tienen una fe enorme, la fe de los antiguos místicos... Esta es la vieja España, legendaria, heroica...
La sensibilidad levanta una barrera que no puede salvar la inteligencia.
Entre todas las alegrías, la absurda es la más alegre; es la alegría de los niños, de los labriegos y de los salvajes; es decir, de todos aquellos seres que están más cerca de la naturaleza que nosotros.
Las lecturas que se hacen para saber no son, en realidad, lecturas. Las buenas, las fecundas, las placenteras son las que se hacen sin pensar que vamos a instruirnos.
En Arte, sólo lo diferente subsiste.
Lo que más ávidamente amamos: lo pintoresco y lo imprevisto.
Publicidad
Los hombres de acción, si tuvieran sensibilidad, no serían hombres de acción. No podrían hacer nada. La sensibilidad es el disolvente de la acción.
¿Por dónde ha entrado usted? Por la puerta. ¿Sabe usted que no se puede pasar? He pasado. ¿Quién es usted? Un periodista.
Sitios
relacionados
• Lifeder
• Psicología y mente, reflexiones.
• Proverbia
• Frases de famosos
• Frases y pensamientos
• Citas y aforismos
• PsicoActiva
• Frasespedia
• Mundifrases
• Frasess.net
• Frasesbuenas.net
• Akifrases.net
• Frases de la vida
Publicidad
Todos los premios Nobel de Literatura
Apartamento vacacional
Imágenes
Publicidad