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Proverbios Griegos (74)

• El que nada duda, nada sabe.

• Si quieres riquezas y honor, no duermas al amanecer.

• Mejor cinco y en la mano que diez y esperando.

• A donde el corazón se inclina, el pie camina.

• Dinero que prestaste, enemigo que te echaste.

• La ley del hombre cambia con su comprensión del hombre. Sólo las leyes del espíritu permanecen siempre iguales.

• Una verdad dicha antes de tiempo es peligrosa.

• Feliz es el hombre que encuentra un amigo generoso.

• Cuando Dios tira los dados están trucados.

• Más vale el buen nombre que las muchas riquezas.

• Cada ollero alaba su puchero.

• El que no tiene cabeza, tiene que tener pies.

• Deja que ate el nudo y que diga la gente.

• Le dieron un burro y le miraba los dientes.

• Dios te da tormentos, cuantos puedes soportar.

• A beber y a tragar, que el mundo se va a acabar.

• El orgullo es la máscara bajo la que ocultamos nuestros defectos.

• El hombre es la medida de todas las cosas.

• Coge el extremo y tendrás el medio.

• Piensa despacio, actúa rápido.

• Más vale el buen nombre que las muchas riquezas.

• Los cisnes cantarán cuando los cuervos se callen.

• Sobre el apetito, tarta de calabaza.

• Cuanto vive alguien, tanto aprende.

• Regalo aunque pequeño, grande gracia tiene.

• Gusta lo ajeno, más por ajeno que por bueno.

• Cae en la cueva el que a otro lleva a ella.

• Aquel que ha contemplado la belleza se vuelve bello para siempre.

• Una espina defiende la rosa, dañando sólo a aquellos que robarían la flor.

• La verdad sale en boca de los niños.

• Mientras el tímido reflexiona, el valiente va, triunfa y vuelve.

• El corazón que ama es siempre joven.

• Los burros prefieren la paja al oro.

• El amor es como la cerámica, cuando se rompe, aunque se reconstruya, se reconocen las cicatrices.

• Ordeña la vaca, pero no arranques la ubre.

• Los jóvenes dicen lo que están haciendo, los ancianos lo que han hecho y los tontos lo que desean hacer.

• Quien deja de ser tu amigo nunca lo fue.

• Donde fuego no se hace, humo no sale.

• Hijo no tenemos, y nombre le ponemos.

• El burro hambriento no tiene en cuenta los golpes.

• Con paciencia, todo se logra.

• Muchas opiniones hunden el barco.

• Los primeros cien años son los difíciles.

• El amor, la tos y el fuego, no pueden ser encubiertos.

• Rey iletrado, asno coronado.

• Pusieron al zorro a guardar las gallinas.

• Vejez de águila, juventud de gorrión.

• Se goza más amando que siendo amado.

• Yo te enseñé a mear y tú quieres inundarme.

• Si quieres riquezas y honor, no te acuestes tarde.

• Una sociedad crece cuando los hombres viejos plantan árboles a cuya sombra saben que nunca se sentarán.

• Cada lechuza a su olivo.

• No se puede tener todo.

• Quien se mezcla en mucha cosa, no va más allá.

• Mejor en tu lugar desnudo que arreglado en el extranjero.

• Aunque te levantes temprano, no alumbra antes.

• La lengua no tiene huesos, pues los huesos se rompen.

• Despacio, despacio vas lejos.

• A donde te quieren mucho, no vengas a menudo.

• Apunta el consejo de quien te ama, aunque no te guste en ese momento.

• El mejor espejo es un ojo amigo.

• Lo que brilla, sorprende al ojo.

• La pobreza requiere diversión para que no te lleve abajo.

• El empezar es el comienzo del acabar.

• Solo sé que no sé nada, pero sé más que aquellos que dicen saberlo todo.

• Un avaro y un mentiroso negocian rápidamente.

• Dime con quién vas y te diré qué mereces.

• El camello no se ve su joroba.

• Lo que poco cuesta, poco se aprecia.

• Procura lo mejor, espera lo peor y toma lo que viniere.

• Cada hombre es un abismo.

• Muchos saben cómo adular, pero pocos entienden cómo alabar.

• Alimenta al cuervo para que te saque el ojo.

• No debe ser dicho todo lo que se piensa. No debe ser escrito todo lo que se dice. No debe ser publicado todo lo que se escribe. Y no debe ser leído todo lo que se publica.