Chistes de abogados
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• Un padre de familia ya en la hora de su muerte, llama a sus hijos
y les pide su último deseo, estos llegan, y él le dice al primero, que es doctor:
- Hijo quiero como último deseo que me prometas que antes de mi entierro
tu depositarás cien dólares en mi ataúd.
El hijo responde:
- Te lo prometo padre.
Pasa el segundo hijo que era arquitecto y le hace prometer lo mismo, y él
se lo promete. Por último llega el tercer hijo que era abogado y le hace
prometer lo mismo, y él se lo promete.
El día del entierro pasa el hijo que es médico frente al ataúd y deposita
los cien dólares, luego pasa el arquitecto y hace lo mismo, por último
llega el abogado y toma los doscientos dólares y le deposita un cheque por
trescientos dólares en el ataúd. |
• Conversan dos delincuentes:
- ¿Por qué vas a defenderte tu mismo en el juicio? ¿Estás loco, Ganzúa?
- ¿Y qué quieres que haga? Me pasé cinco meses tratando de conseguir un
buen abogado y no pude...
- ¿Que dices, Ganzúa? si hay muchos abogados buenos!
- Sí, ya sé, flaco, pero cuando se enteraban que no era yo el que había
robado el dinero, no aceptaban el caso. |
• A un avión se le averió un motor en pleno vuelo,
así que el piloto ordenó a la tripulación hacer que los pasajeros se abrocharan los cinturones
y se prepararan para un aterrizaje forzoso. Dejó pasar unos minutos y preguntó
a una azafata si ya estaban todos listos. Esta respondió:
- Sí, todos, menos un abogado que sigue repartiendo sus tarjetas. |
• Se encuentran dos abogados y uno le dice al otro:
- ¿Vamos a tomar algo?
- Bueno, ¿De quién? |
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• Un abogado murió y llegó a las puertas del cielo,
(no me pregunten por qué).
Descubrió que había cientos de personas haciendo fila en las
puertas, y se resignó a esperar su turno. De pronto se le acercó San
Pedro, lo tomó de la mano y lo llevó al frente de todos.
Aliviado, el abogado dijo:
- Me siento halagado, pero dígame por favor, ¿por qué este trato tan especial?
San Pedro respondió:
- Es que hemos sumado las horas de trabajo que usted le cobraba a sus
clientes, y hemos calculado que usted tiene 247 años... |
• Dos abogados iban en un vuelo a
Seattle. Uno de ellos se sentó junto a la ventana y el otro en el asiento
de en medio. Al momento de despegar, un ingeniero se sentó en el asiento del pasillo, junto a los dos abogados.
El ingeniero se quitó los zapatos y se disponía a dormir cuando el abogado de la ventana dijo:
- Creo que voy a levantarme por una Coca.
- No hay problema, yo se la traigo. - Dijo el ingeniero.
En cuanto fue por el refresco, uno de los abogados tomó uno de los
zapatos del ingeniero y escupió dentro. Cuando volvió con la coca-cola, el otro abogado dijo:
- Ya se me antojó. Yo también voy a ir por una. Nuevamente el ingeniero
se levantó gentilmente por otra Coca. En cuanto se fue el otro abogado
tomó el segundo zapato del ingeniero y escupió dentro de él. El ingeniero
regresó y todos se sentaron por un buen rato sin hablar. Cuando el avión
estaba aterrizando, el ingeniero se puso los zapato y descubrió lo que
había pasado. Entonces se puso muy serio y dijo:
- ¿Hasta cuando va a seguir esto? ¿Este celo entre nuestras profesiones?
¿Este odio? ¿Esta animosidad? ¿Este escupir en los zapatos y MEAR dentro
de las coca-colas? |
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• En un juicio público, el juez advierte a la sala:
- ¡Silencio! Les advierto que como vuelva a oír "abajo el juez" les
echo a la calle.
- ¡Abajo el juez! -Se oye de nuevo-.
Y el juez exclama:
- La advertencia no lo incluye a usted, señor acusado. |
• En el cielo mientras San Pedro
está repartiendo las habitaciones llegan a la vez un sacerdote y un
abogado, en eso llega el turno de ambos. San Pedro envía al abogado a una
suite con TV, aire acondicionado y otros lujos mientras que al sacerdote
lo envía a una habitación sencilla con un abanico, una vela y la Biblia.
El sacerdote enojado por lo que recibió sale a reclamar y le dice a San Pedro:
- ¿Por qué a mi, que he sido un hombre dedicado a todo lo bueno, me das
una habitación sencilla y a este que es un abogado le das una suite?
Entonces San Pedro le contesta:
- Lo que sucede es que sacerdotes tenemos de sobra, pero este es el
primer abogado que nos llega al cielo. |
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