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De dónde vienen algunas expresiones
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. “Poner las manos en el fuego”
La procedencia de este dicho, que se utiliza para manifestar el respaldo
total a alguien o algo, se remonta a la época en la que se practicaba el
llamado juicio de Dios. También conocida como Ordalía, esta era una
institución jurídica que dictaminaba, atendiendo a supuestos mandatos
divinos, la inocencia o culpabilidad de una persona o una cosa, acusadas
de quebrantar las normas establecidas o cometer un pecado.
Esta costumbre pagana se ejecutaba de formas muy diversas. No obstante,
casi todas consistían en pruebas de fuego (sujetar hierros candentes,
introducir las manos en la lumbre); si la persona salía de la prueba con
pocas quemaduras, significaba que Dios la consideraba inocente y, por lo
tanto, no tenía que recibir ningún castigo. |
. “Ser el chivo expiatorio”
Este dicho proviene de una práctica ritual de los antiguos judíos, por la
que el Gran Sacerdote, purificado y vestido de blanco para la celebración
del Día de la Expiación (”purificación de las culpas por medio de un
sacrificio”) elegía dos machos cabríos, echaba a suerte el sacrificio de
uno, en nombre del pueblo de Israel y ponía las manos sobre la cabeza del
animal elegido -llamado el Azazel- al que se le imputaban todos los
pecados y abominaciones del pueblo israelita. Después de esta ceremonia,
el macho sobreviviente era devuelto al campo por un acólito y abandonado a
su suerte, en el valle de Tofet, donde la gente lo perseguía entre gritos,
insultos y pedradas.
Por extensión, la expresión “ser el chivo expiatorio” adquirió entre
nosotros el valor de hacer caer una culpa colectiva sobre alguien en
particular, aun cuando no siempre este haya sido el responsable de tal
falta. |
. “Cargar con el muerto”
En varios territorios de la época medieval existía una ley que dictaba
que cuando no se podía hallar al asesino de un cadáver encontrado, los
pobladores del pueblo al que pertenecía dicha persona debían pagar una
multa conjunta. Como a nadie, sea la época que sea, le gusta pagar
impuestos… los pobladores al encontrar un cadáver se apuraban a cargarlo,
y de común acuerdo, transportarlo y arrojarlo en un poblado vecino para
salvarse de la multa. |
. “Vérselas negra”
Su origen es mucho más antiguo. Cuando se ocupaba un cargo público en la
Grecia pre-edad Dorada los ciudadanos debían recurrir a un llamativo
sistema de elección al azar. Metían la mano en una bolsa y sacaban de ella
un pedazo pintado de madera: la mayoría de los pedazos eran negros
mientras que algunos, los que representaban ser elegido, eran blancos. De
aquí viene el dicho. |
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. “Quedó para vestir santos”
Quedarse soltera sin desearlo. Hace más de cien años, las mujeres jóvenes
que iban a rezar en las iglesias tenían por costumbre, también, ayudar en
el arreglo de los altares de los santos. Se le rezaba mucho a San Antonio
pidiéndole un marido o al menos, un novio. Se hacía además una ofrenda,
cambiando un alfiler nuevo por otro bautizado con agua bendita. |
. “Más feo que Picio”
Picio era un zapatero condenado a muerte. Al recibir la noticia de su
indulto, en el último momento, tuvo tal impresión que se deformó su cara,
perdió el pelo y las cejas y quedó completamente desfigurado.
Su nombre pasó a ser desde aquel momento sinónimo de fealdad. |
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