. “Lo conocen hasta los perros”
 Si crees que el perro es el mejor amigo del hombre, éste no es el caso.
 Al que conocían hasta los perros, era a Don Francisco de Chinchilla, que pasará a la historia por ser uno de los tipos más odiado por estos animales. Según cuentan, allá por el siglo XVII, este señor tuvo la fortuna de ser alcalde de Casa y Rastro de Madrid, pero que tuvo la desgracia de terminar degollado en un cadalso.
 Sucede que Don Francisco no tuvo mejor idea que intentar erradicar a los perros de la capital española porque los creía transmisores de enfermedades. Los cazaba a sangre fría y también los engañaba con morcillas envenenadas.
 Los perros, que son fieles pero nunca estúpidos, le sacaron la ficha y cuando Don Francisco les pasaba cerca le chumbaban, aullaban y hasta mordían. De allí el dicho popular en cuestión. A Chinchilla, personaje malvado si los hubo en la historia, lo conocían hasta los perros.

 . “Más "cornás" da el hambre”
 Respuesta del torero Manuel García, El Espartero, cuando le preguntaban si no temía arriesgarse tanto en la plaza. Murió de una mala corná.

 . “Está en el quinto pino”
 Para buscar el origen de esta expresión tan común, tenemos que hacer un viaje en el tiempo hasta llegar a principios del siglo XX y parar en la capital española, Madrid. Entre las calles de Recoletos y Alcalá se encontraban cinco frondosos pinos colocados en fila. En aquella época, besarse en público no estaba bien visto, y como el último de los pinos se encontraba alejado y era muy poca la gente que transitaba por allí, se convirtió en el lugar predilecto de los enamorados que solían esconderse tras él, para dar rienda suelta a su amor.
 Con el tiempo la expresión se ha extendido y ha llegado a formar parte de nuestro vocabulario.