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De dónde vienen algunas expresiones
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. “Entre Pinto Y Valdemoro”
Pinto y Valdemoro son dos localidades madrileñas cuyos términos
municipales están separados por un arroyo. Aunque el origen de la
expresión es incierto, los lugareños cuenta que en Pinto había un borracho
que cada vez que cruzaba el río jugaba a saltarlo, exclamando: "Ahora
estoy en Pinto", "ahora estoy en Valdemoro", según el término que pisaba.
Un día cayó al arroyo y gritó: "Estoy entre Pinto y Valdemoro".
Sin embargo, algunos expertos rechazan esa teoría y señalan que en su
época, Valdemoro era de origen árabe y corte musulmana, y Pinto, también
de origen árabe, pronto cayó en manos de los cristianos. Por lo tanto, la
frontera que separaba la convivencia de ambas culturas era el arroyo, de
ahí el nacimiento del proverbio 'entre Pinto y Valdemoro'. |
. “¡Esto es jauja!”
Solemos decir ‘esto es jauja’ cuando estamos ante una situación de
satisfacción que no parece tener fin, o nos encontramos en algún lugar
placenteramente, sin preocupación alguna. Pero, ¿realmente existe Jauja? Y
si así fuese, ¿dónde está?
Jauja es una ciudad de Perú fundada por el conquistador Francisco
Pizarro. De hecho, fue la primera capital de Nueva Castilla y estaba
situada en un entorno casi idílico, famoso por su belleza paisajística, y
que proporcionaba una vida ociosa y relajada.
En ocasiones, las virtudes de esta región fueron exageradas para hacer
más atrayente a los marinos la larga travesía que les esperaba.
Tanto es así que esta fama se desvirtuó en el imaginario colectivo hasta
hacerlo parecer el paraíso, donde todo era oro, afloraban buñuelos de los
árboles y por los ríos transcurría rica leche o miel. Un edén culinario
que dio pié al surgimiento de expresiones que han perdurado hasta hoy en
día como ‘esto es jauja’ o ‘vivir en jauja’. |
. “Menos lobos, Caperucita”
Usamos esta expresión para referirnos a una persona que exagera de manera
clara, llegando incluso a mentir. También si esta persona se intenta dar
una importancia que no es real, o no le corresponde.
Inicialmente no hacía referencia a la conocida niña de caperuza roja,
sino que se decía menos lobos, tío Pinto. Según la historia popular, Pinto
fue el protagonista de la anécdota que acuñó esta expresión. La historia
cuenta cómo un guardia de cortijo sevillano, el tío Pinto, se jactaba en
una taberna de haber visto y espantado él solito a un centenar de lobos en
una mañana de invierno.
Ya que los vecinos no fueron muy crédulos, e incluso se burlaron, el tío
Pinto rebajó la cifra a cincuenta. Como las risas seguían rebajó la
cantidad a veinticinco, luego a diez… Los incrédulos oyentes le decían:
“ya serán menos lobos, tío Pinto”, hasta que al fin confesó que sólo había
distinguido con claridad a uno, y además de lejos. |
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. “Llevar al huerto”
"Llevar al huerto", como sinónimo de conseguir llevar a alguien a nuestro
terreno para conseguir un fin. Pero ¿cuál es su origen?
Todo parece indicar que el origen viene de las artimañas usadas por la
Celestina, para llevar al huerto a Melibea, donde le esperaba Calixto...
Se cree que Fernando de Rojas situó la acción de su obra en Salamanca y
que el famoso huerto en el que se basó es un especio ajardinado pequeño
que hay sobre las murallas con muy bonitas vistas de la ribera del Tormes. |
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